Los datos de contabilidad nacional relativos al primer trimestre del año arrojan varios factores preocupantes y, sobre todo, muchas dudas sobre la fiabilidad de las cuentas públicas.
La economía española creció un 0,4% entre enero y marzo, duplicando así el ritmo de avance registrado en el cuarto trimestre de 2013 (+0,2%), según las cifras publicadas este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Asimismo, el PIB aumentó un 0,5% a nivel interanual, su primera tasa positiva tras acumular diez trimestres de contracción, frente al -0,2% del trimestre precedente.
Hasta aquí los grandes números. Pero la clave radica en la composición de dicho crecimiento. Y es que, a diferencia de lo que venía sucediendo en los últimos años, el PIB sube gracias al empuje de la demanda interna, mientras que, por el contrario, el sector exterior, lejos de aportar, resta crecimiento a la economía por primera vez en cuatro años.
En concreto, el consumo nacional repunta, aportando 0,7 puntos al PIB, tras largos años de contracción y atonía, pero el mercado exterior resta un -0,2%. Como resultado, la economía crece un 0,5% interanual.
Las dudas, sin embargo, surgen cuando se observa la evolución de los distintos componentes de la demanda nacional: consumo final y formación bruta de capital fijo (inversión) del sector privado (hogares y empresas) y del público (conjunto de las Administraciones Públicas). El consumo creció un 1,4% respecto al último trimestre del pasado año, el primer repunte en tres años y el mayor desde que estalló la crisis. La inversión, por su parte, bajó un 0,6% intertrimestral.
Pero este significativo aumento de la demanda interna responde, sobre todo, al histórico incremento que registra el consumo de las Administraciones Públicas (gasto público), tras dispararse un 4,4% respecto al trimestre previo (el mayor aumento de la seria histórica, que arranca en 1995), y no tanto al mayor consumo de los hogares y las empresas (+0,4%). Así pues, el principal factor contable que explica el avance del PIB respecto al trimestre precedente es el aumento histórico que experimenta el gasto público entre enero y marzo.
El consumo público ha pasado de caer un 3,9% en el cuarto trimestre de 2013 (el mayor descenso trimestral de toda la serie) a aumentar un 4,4% en el primero de 2014. Asimismo, a nivel interanual, el gasto público pasa de bajar un 3,7% a subir un 0,1% entre el pasado enero y marzo, respectivamente. Tanto el descenso de finales del pasado año como el inédito incremento del primer trimestre constituyen anomalías muy significativas a la vista del análisis histórico de los datos.
La única explicación posible es que el sector público haya traspasado al pasado trimestre parte del gasto efectuado a finales del pasado año, confirmando así las sospechas que arroja el déficit público de 2013. El siguiente cuadro, elaborado por el economista Javier Santacruz, refleja con mayor claridad dicha anomalía. Los datos muestran un desfase en el gasto de más de 7.000 millones de euros entre el último trimestre de 2012 y el de 2013 que no tiene explicación.
Tal y como avanzó Libre Mercado, el gasto público registró un descenso difícilmente justificable en el cuarto trimestre del pasado año, permitiendo así situar el déficit en el 6,6% del PIB a cierre del ejercicio. El espectacular incremento del gasto entre enero y marzo vendría a ratificar que algunas Administraciones decidieron retrasar la contabilización de sus facturas para cuadrar las cuentas.
Curiosamente, según publica Expansión este jueves, el Ministerio de Hacienda está investigando a la Junta de Andalucía tras detectar un desfase de 1.000 millones en sus cuentas. Al parecer, sospecha que la comunidad habría traspasado a 2014 una partida de 980 millones que debería haberse contabilizado a finales de 2013.
En caso de confirmarse, su déficit de 2013 sería superior al 1,55% del PIB regional anunciado inicialmente, y, por supuesto, también elevaría al alza el déficit público total de España. La cuestión ahora radica en saber si esta trampa contable se ha extendido a otras administraciones. Y la insólita evolución del gasto público en los últimos seis meses arroja serias dudas al respecto.
El sector exterior retrocede
Por otro lado, resulta preocupante el retroceso que experimenta el sector exterior. La contribución de la demanda exterior neta de la economía española al PIB trimestral desciende en seis décimas respecto a la registrada en el trimestre anterior (-0,2% frente al 0,4%). Tanto las exportaciones como las importaciones presentan tasas anuales superiores a las del trimestre precedente, si bien la mejoría es más acusada en el caso de las importaciones.
Es decir, las compras por parte de España al exterior crecen más que las ventas al extranjero, restando, por tanto, crecimiento al PIB del primer trimestre. Las exportaciones de bienes y servicios suben un 8,1%, pero las importaciones aumentan un 9,3%, en sintonía con la evolución de la demanda nacional.