Putin busca dar viabilidad a la economía regional de Crimea. Para ello, el nuevo plan del Gobierno ruso contempla hacer de la recién anexionada península un Las Vegas en pleno Mar Negro. Según se hace eco la BBC, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha propuesto al Parlamento ruso designar Crimea como zona de juego, pasando así a ser la quinta zona. Estas zonas tienen una legislación especial que permite a los casinos operar legalmente.
Esta política en favor del juego impulsada por el presidente Putin contrasta con el cierre masivo de casinos realizado en 2006 que habían proliferado tras la debacle comunista. Putin calificó a la industria del juego como una adicción peligrosa y un imán para el crimen organizado. En ese año, el presidente Putin llevó a cabo una fuerte campaña donde alertaba a la población de que el juego "no es menos grave que la dependencia del alcohol y las drogas". Más tarde, en 2009, Rusia decidió prohibir los casinos en Moscú y otras zonas del interior, relegando finalmente el resto de la industria del juego a zonas periféricas: Sibirskaya Moneta, Yantarnaya, Primorie y Krasnodar Krai.
¿Por qué este giro de timón?
Crimea, además de inflar el orgullo nacional, ha incrementado el gasto de los ajustados presupuestos rusos. Como asegura la agencia Bloomberg, se espera que en el presente año la península de la discordia genere un déficit presupuestario de más de 1.000 millones de euros. Por si fuera poco, se espera una remesa de "subvenciones de urgencia" de más de 2.000 millones de euros para afrontar los gastos del aislamiento, así como otras vicisitudes.
Por ello, desde el Kremlin tratan de reaccionar y darle salida cuanto antes a la paralizada economía local para conseguir así que la población de la península pueda mantenerse de forma autónoma.
Viabilidad del proyecto
Por su parte, expertos consultados por la agencia económica aseguran que la etapa que pretende andar el presidente Putin no es ni mucho menos un camino de rosas. Para Andrew Gellatly, jefe de investigación del grupo GamblingCompliance -centrado en la industria del juego-, el turismo del juego "necesita grandes piscinas e instalaciones accesibles para los jugadores" y pone como ejemplo los enclaves de la industria del juego como Las Vegas -EEUU- o Macao-China-.
A su vez, este experto, en declaraciones a Bloomberg, entiende que "no tener ninguna conexión por carretera a la parte continental rusa" dificulta notablemente el desarrollo del juego en Crimea.
En este sentido, el Kremlin ya ha pensado en el aislamiento que vive la península, con lo que se está estudiando la posibilidad de construir un puente que una Crimea con la parte continental rusa. Aún así, Gellatly entiende que hay más de 1.000 kilómetros de distancia con Moscú -sin sumar el rodeo-, con lo que el puente no arregla el aislamiento del resto de ciudades importantes de la noche a la mañana.
Por último, el experto de GamblingCompliance concluye que, pese a todo lo anterior, el factor que más lastra a la península en su intento de convertirse en un centro de juego es "su inestabilidad política".