Acaba de presentarse la edición 2014 del proyecto de Seguimiento del Emprendimiento en España, un informe elaborado por GEM (Global Entrepreneurship Monitor) en colaboración con diferentes organizaciones y universidades.
La principal conclusión del informe es que la creación de nuevas empresas se ha acelerado en España "por necesidad" y no "por oportunidades". Con estos ingredientes podría parecer que las perspectivas de futuro son inciertas, pero el documento sí apunta algunos datos para el optimismo a medio y largo plazo.
Por ejemplo, el número de personas que declara su intención de iniciar un proyecto empresarial en los próximos años ha aumentado un 9% en términos interanuales. Esta cifra es quizá la más halagüeña, ya que confirma una tendencia más favorable hacia los procesos de la economía de mercado.
Pasando a los proyectos ya materializados, vemos que el número de empresas que lleva al menos tres meses operando y pagando salarios ha crecido un 3% entre 2012 y 2013. Ampliando el criterio de 4 a 42 meses, vemos que los nuevos proyectos han repuntado un 2% frente a los datos del informe anterior.
Una buena noticia es que el abandono empresarial (por cierre o por traspaso) acumula un año de caída, acumulando un descenso de casi el 2%. Otro dato positivo lo tenemos en el análisis de nuevos proyectos empresariales que operan y pagan salarios durante más de 42 meses: en este campo se aprecia un crecimiento de casi el 8,5%.
Sumando todos estos factores, encontramos que la Tasa de Emprendimiento se sitúa en el 5,2% de la población activa, lo que supone una caída del 0,5% en comparación con 2012. De entre esas personas con negocio propio, el porcentaje que ha seguido este camino "por necesidad" y no "por oportunidad" ha crecido del 26% al 29% en el último ejercicio.
Más hombres que mujeres
Desglosando por sexo los resultados del informe, vemos que el emprendedor potencial tiene una edad de 36 años. Subiendo a los proyectos que llevan menos tiempo en pie, esa cifra se eleva hasta los 39 años de edad. Más alto aún es el dato entre nuevas compañías que han superado ya los 42 meses de funcionamiento: aquí la media de edad es de 47 años.
En los tres grupos anteriores, los hombres son mayoría: entre los emprendedores potenciales, suponen el 55%; si nos fijamos en los proyectos que están en fase inicial, el porcentaje crece hasta el 60%; atendiendo a proyectos consolidados, el dato se acerca al 65%.
Los obstáculos de los nuevos proyectos
Entre los españoles que se muestran interesados por estas cuestiones, el miedo al fracaso ha disminuido notablemente desde 2005, ya que el porcentaje registrado en esta categoría ha caído del 72% al 35%. Donde no hay mejora es en la existencia de modelos de referencia. De hecho, este indicador ha caído del 53% al 50% en el periodo estudiado (2005-2013).
Las principales trabas que identifica el informe son los excesivos trámites burocráticos y la elevada fiscalidad que soportan las empresas. En relación al castigo tributario, los dos gravámenes que más frenan el emprendimiento son las cotizaciones sociales y el Impuesto de Sociedades. En el año 2005, tomando una escala de 0 a 5 puntos, los emprendedores españoles calificaban el marco fiscal con 2,81 puntos. A estos obstáculos impositivos se une la falta de financiación, problema especialmente agudo para los nuevos proyectos.
También preocupan otros factores como los obstáculos para el crecimiento internacional de los negocios. Para 2013, esta medición se ha desplomado hasta los 2 puntos. En el lado positivo, los consultados destacan la valoración de la innovación empresarial por parte de los consumidores, la existencia de buenas comunicaciones (físicas y de servicios) o los programas oficiales de apoyo a emprendedores.
El pesimismo toca fondo
En 2005, el 28% de los españoles tenía una percepción negativa de la existencia de oportunidades para iniciar nuevos proyectos empresariales. Llegados a 2013, este porcentaje ha caído hasta el 16%. Este brusco descenso oculta, eso sí, que los datos del último ejercicio son mejores a los de 2011 (14,4%) y 2012 (13,9%). El informe apunta así que el pesimismo podría estar tocando fondo.
Entre la población involucrada e interesada en la creación de proyectos empresariales, los porcentajes han sido del 40% en 2005 y del 25% en 2013. También en este grupo se aprecia una visión más optimista, ya que los datos de 2011 y 2012 rondaban el 14%.
Si nos fijamos en la percepción de la población que se mantiene al margen de estas cuestiones, vemos que sus porcentajes siguen una línea similar. De 2005 a 2013 vemos una caída del 29% al 15%, pero el último dato disponible mejora el 13% registrado en 2011 y 2012.
La encuesta también estudia los valores de la sociedad española ante aspectos como la distribución de la riqueza. En este sentido, un 74% de los consultados opina que "la mayoría de los ciudadanos preferiría que todos tuviesen un nivel de vida similar". Llama la atención que este porcentaje es casi idéntico entre los dos grupos de encuestados (emprendedores y población no involucrada).
Tampoco existe una valoración especialmente positiva del rol del empresario en la sociedad. Solamente un 52% de los encuestados opina que esto brinda un mejor estatus socioeconómico en España.
En comparación con otros países, la percepción de oportunidades de negocio es especialmente baja en España. A la cabeza de esta lista encontramos países muy dispares como Suecia, Noruega, Trinidad y Tobago, Canadá, Estados Unidos, Israel, Luxemburgo...
En muchas otras categorías, España sale mal parada:
- La Tasa de Emprendimiento es de un 5,2% frente a la media global del 8,11%.
- La ratio de nuevos proyectos es del 3,43% a nivel internacional, alcanzando un 2,2% en España.
- El porcentaje de nuevos emprendedores alcanza el 3,09% en España y del 4,79% en la media internacional.
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La tasa de emprendedores potenciales sube al 9,35% en comparación con niveles del 14,85% en el estudio internacional.
Así, la araña que mide el entorno empresarial muestra que España está mucho peor que Europa en las diferentes categorías analizadas.