El objetivo no era ni mucho menos ambicioso, pero aún así no se ha cumplido el compromiso acordado con Bruselas. El Gobierno ha publicado este viernes la primera cifra oficial de déficit público correspondiente al cierre de 2013 -habrá nuevas revisiones en los próximos meses- y, un año más, España se ha desviado de la meta prevista.
En concreto, el conjunto de las Administraciones Públicas registró un agujero del 6,62% del PIB en 2013 (67.755 millones de euros), superando en algo más de una décima el límite del 6,5% pactado con la Comisión Europea, según ha anunciado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Pese a ello, esta cifra no incluye el coste de las ayudas financieras registradas el pasado año (0,46%), de modo que el déficit real se situó en el 7,08% del PIB (algo más de 70.400 millones), en línea con lo avanzado por Libre Mercado.
Este último dato es el único que toma como referencia la oficina estadística de la UE (Eurostat), cosa distinta es que Bruselas no lo tenga en cuenta a efectos del procedimiento de déficit excesico abierto contra España -los ajustes y reformas que exige a los países incumplidores en materia presupuestaria-.
Desglosando las cifras del déficit público, la Administración Central del Estado y la Seguridad Social cerraron 2013 con un déficit del 5,49% del PIB, frente al objetivo del 5,2%, mientras que las comunidades autónomas tuvieron un déficit del 1,54% del PIB, también por encima del objetivo del 1,3%. Los únicos que cumplieron fueron los ayuntamientos, que consiguieron un superávit del 0,41% del PIB, mejorando el equilibrio previsto, y que compensaron los incumplimientos de las demás administraciones.
Los mensajes del Gobierno
Ante tales cifras, el Ejecutivo del PP ha querido lanzar dos mensajes muy claros a la opinión pública. El primero, que España ha cumplido con Bruselas, ya que tan sólo se ha producido una desviación de doce centésimas (6,62% frente al 6,5% exigido). Esto significa estar "prácticamente en cumplimiento", sobre todo teniendo en cuenta que España continuó en recesión en 2013, con una caída del PIB del 1,2%, según remarcó Montoro.
El segundo lo propició la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al destacar que el dato confirma que las "reformas y el esfuerzo" dan "resultado", y añadió que la consolidación fiscal y las reformas estructurales han permitido que España se convierta en un socio europeo "leal, fiable y que cumple" con sus obligaciones. Es decir, que la manida austeridad ha posibilitado este exitoso resultado.
Un ajuste mínimo
Los datos, sin embargo, son tozudos. Dando por buenas las cifras aportadas por Montoro, ni España ha cumplido con la UE ni 2013 fue un ejercicio de austeridad (recorte de gasto). El déficit se ha desviado algo más de una décima del 6,5% marcado por Bruselas. Y ello, a pesar de que el objetivo inicial era mucho más ambicioso.
El objetivo inicial de déficit público para 2013 era del 4,5% del PIB y no del 6,5%. El Gobierno de Mariano Rajoy logró suavizar la senda de consolidación fiscal tras presionar de forma insistente a Bruselas. En junio de 2013, se acordó una extensión de los plazos exigidos para situar el déficit público por debajo del 3% para aquellas economías que se enfrentaban a un mayor deterioro de la situación macroeconómica (en el caso de la economía española la extensión fue de dos años, hasta 2016).
Tras dicha revisión, lo único que exigía Bruselas era reducir el déficit del 6,84% registrado en 2012 a apenas el 6,5% en 2013, lo que equivale tan sólo a un ajuste mínimo del 0,34% del PIB. Montoro, sin embargo, sólo logró reducirlo en 0,22 puntos el pasado año, hasta situarlo en el 6,62% del PIB. Dicho de otro modo, el Gobierno del PP sólo ha cumplido el 65% el recorte exigido o, lo que es lo mismo, se ha desviado un 35% de su meta.
Además, este mínimo recorte del 0,22% del PIB apenas supone reducir el agujero fiscal en 2.678 millones de euros en doce meses, equivalente al 3,8% del déficit de 2012 (sin contar ayudas financieras) o el 0,55% del gasto público total registrado el pasado año. Se trata del menor recorte del déficit desde 2011, cuando cayó en 500 millones de euros. Y ello, pese a que el PP ha aplicado la mayor subida de impuestos de la historia reciente de España.