El cava intenta salvar los muebles en 2013. Las ventas de esta bebida espumosa retrocedieron un 0,77% a cierre del pasado año, cuando se expidieron un total de 241,3 millones de botellas.
Desde el inicio de la crisis, España ha lastrado las ventas de este producto en contraste con el mercado exterior, que ha ido aumentando las ventas sistemáticamente en los últimos años. A pesar de la caída, en 2013 el mercado interior ha frenado los números negativos y sólo ha retrocediendo un 0,47%. En concreto, en nuestro país se vendieron 81,4 millones de botellas, el 33,74% del total del cava, según las cifras del Consejo Regulador del Cava.
"Aunque parezca un contrasentido porque los datos son negativos, estamos contentos con las cifras porque es una muestra de que el sector del cava ha resistido muy bien la crisis", asegura a Libre Mercado el presidente del Consejo Regulador del cava y director de comunicación de Freixenet, Pedro Bonet.
En el mercado exterior, se vendieron un total de 159,9 millones de botellas, un 0,92% menos. Alemania sigue siendo el principal destino de las exportaciones españolas, con 40,2 millones, un 2,10% más respecto a 2012. Al mercado germano le siguen dos países tradicionalmente consumidores y productores de champán: Bélgica y Francia. En Bélgica se dispensaron 27 millones de botellas y en Francia 5,44 millones. Otro país donde aumentaron las ventas el pasado año es Suecia, que compró 2,6 millones.
"El sector del cava ya exporta más botellas que el de champán. Se exporta más cava a Francia que champán a España", dice Bonet. "El precio es uno de los factores que ha propiciado esta situación, pero no es el único. La calidad del cava está a la altura", añade.
Entre los países donde más cayó la venta de este producto destaca Reino Unido, con una pérdida del 16,76%, aunque mantiene el segundo puesto de los mercados exportadores de este producto, con casi 30 millones de botellas. Retroceden también Suiza, Finlandia y Países Bajos.
El experto explica que el principal motivo del batacazo en Reino Unido es que las empresas españolas han dejado de distribuir líneas blancas de cava en el país porque "no estaban dispuestas a aceptar los precios que les ofrecía el mercado inglés". La cosecha del año 2012 "fue una cosecha corta y ésta es la clave de que se hayan podido permitir precios tan bajos", explica el experto.
Tal y como se observa en el siguiente gráfico, el saldo de las ventas en el conjunto de la UE cerró en negativo en 2013, con más de 117 millones de botellas. Sin embargo, la exportación al resto de países del mundo se anota un resultado positivo, como viene haciendo desde el año 2003. Así, las ventas a terceros países subieron un 0,91%, hasta alcanzar los 42 millones de botellas. EEUU es el exportador principal de nuestro cava fuera de la UE, con 17,8 millones de botellas, seguido de lejos por Japón, con 7,7 millones.
Boicot al cava catalán
Para hablar de boicot a los productos catalanes debemos remontarnos al año 2004, cuando el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, llamó a boicotear la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2012 porque no permitían a Cataluña tener su propia selección de hockey. Las declaraciones de Rovira tuvieron un efecto directo sobre el consumo y dieron lugar a numerosas cadenas de correos electrónicos y mensajes de texto pidiendo el boicot a los productos catalanes (y en especial al cava) ante el estupor de sus empresarios.
Las compañías catalanas productoras del espumoso se echaban a temblar cuando, durante todo el año 2005, se vinieron repitiendo titulares como estos: "Un empresario del Penedés ha perdido un encargo de 80.000 botellas de cava" , "Las bodegas extremeñas de cava duplican su producción" o "El Efecto Carod pasa factura a las ventas".
"El cava catalán no se ha recuperado todavía de ese boicot", afirma Bonet. "Fue una auténtica merma en las ventas sólo por una cuestión política en la que nosotros estamos en medio", dice el presidente del sector. Preguntado sobre si se pusieron entonces, y ahora, en contacto con el Gobierno catalán para evitar que sus políticos pusieran fin a ese tipo de declaraciones, Bonet asegura que "no, porque no creo que nos hicieran caso".
Ahora, mientras el desafío secesionista de Mas se hace cada vez más radical, la sombra del boicot a los productos catalanes se hace cada vez más nítida. Ni a empresarios, ni a políticos, ni a ciudadanos le tiembla la voz al hablar de boicot, aunque se refieren a un bloqueo en ambas direcciones. "Esta situación se tenía que haber evitado desde el año 2005 porque se nos tenía que haber dejado al margen de aspiraciones políticas", dice Bonet.
Y es que al presidente de Freixenet, José Luis Bonet, le costaron caras sus declaraciones del año pasado a a The New York Times. La empresa sufrió, primero, la caída de ventas por parte de los consumidores no catalanes y, después, la de los locales. "Cataluña es una parte fundamental de España. Freixenet es una empresa familiar catalana y, por tanto, española", dijo. Tras sus palabras, Bonet identificó "una expectativa de boicot en Cataluña" a su producto "tras mis declaraciones en el New York Times que no la acabo de entender".
En el gráfico siguiente se observa el consumo de cava en las distintas regiones españolas el pasado año. ¿Hay boicot?
El auge del cava de Valencia y Extremadura
Que las marcas de cava no catalán han sido las principales beneficiadas de la crisis provocada por el independentismo es una realidad. Regiones como Valencia, Extremadura o Aragón llevan produciendo la bebida espumosa más de 30 años, pero en este último periodo han conseguido multiplicar sus ventas.
En 2012, se disparó un 46% la producción producción de cava fuera de Cataluña. Los datos del cierre de 2013 fueron más moderados, aunque van en la misma línea, ya que se elevaron un 18%. Bonet reconoce que las aspiraciones secesionistas catalanas han influido en estos resultados, "pero aún así son cifras muy poco representativas, ya que el cava catalán supuso el año pasado el 97,6% del total del cava de España", concluye