El pasado viernes la plataforma europea de viajes en coche compartido, BlaBlacar, era nombrada Premio Especial del Jurado en la categoría Oro a la mejor web del año en los premios eAwards 2014. Tan sólo un día antes de recibir el galardón, BlaBlacar también era noticia tras conocerse que la Federación Nacional Empresarial de Transporte de Autobús (Fenebús) solicitaba su cierre "inmediato" al considerar que está ejerciendo una actividad "ilegal".
BlaBlacar es una red social que pone en contacto a conductores con asientos libres y pasajeros que necesitan realizar un trayecto en carretera. Para la patronal de autobuses, este negocio "es un claro ejemplo de intrusismo laboral que lesiona gravemente los intereses de las empresas de transporte de viajeros legalmente establecidas y con todos los requisitos administrativos en orden".
El director de la federación, José Luis Pertierra, ha asegurado a Libre Mercado que han presentado cinco escritos de denuncia: primero ante la Subdirección de Inspección de la Dirección General de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento y con posterioridad ante el fiscal de la Sala Coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; la directora general de Tráfico, María Seguí; y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Pertierra ha informado a este periódico que sólo han recibido una única respuesta, la de la Dirección General de Tráfico, en la que les han explicado que ellos "no tienen competencia en este asunto".
Fenebús señala que BlaBlacar es "una especie de página web para el autostop improvisado", pero, ¿tendría algún sentido que el sector del autobús denunciase a un conductor por recoger a un autoestopista? ¿puede una empresa privada coartar la libertad individual de conductores y viajeros para compartir coche con quienes quieran?
Y eso es, precisamente, lo que se pregunta la compañía europea. Vincent Rosso, Country Manager para España y Portugal de BlaBlacar, dice que no entiende de dónde vienen las quejas de Fenebús. "No hay una ley que diga que es ilegal compartir los gastos del viaje con amigos. Es posible que haya una zona gris, como hubo en Francia y en Alemania, donde ahora hay una ley que lo regula desde hace tiempo", asegura Rosso a Libre Mercado.
BlaBlacar defiende que su actividad es, en el fondo, una mera página web "que pone en contacto conductores con pasajeros para que puedan hacer un viaje juntos y compartir así los gastos. Lo que intentamos fomentar es que los usuarios entre ellos abaraten los costes de desplazamiento compartiendo los gastos", indica.
El responsable de BlaBlacar considera que la postura de la federación de autobuses con respecto a ellos "es igual que decir que es ilegal compartir los gastos en un viaje entre amigos", ya que el coche de cinco plazas no es un vehículo que sea competencia desleal del autobús. "Nosotros lo que hacemos es potenciar la movilidad sostenible, es un servicio para las personas que lo que busca es ayudar a las personas".
De hecho, en la propia página de Fomento, dentro de lo que es el Plan de Movilidad Sostenible, figura la opción de compartir coche "como propuesta de futuro y de mejora social y dicen que es una actividad muy recomendada". Además, Rosso indica que firmaron un convenio de colaboración con el Ministerio de Industria para fomentar este tipo de actividad y que incluso muchos ayuntamientos españoles tienen en sus páginas web plataformas de este tipo para poner en contacto a ciudadanos que quieran compartir coche.
BlaBlacar, presente en doce países de Europa, ha remarcado que no han "tenido ni un sólo problema con el sector del autobús, ni con el del tren, ni con los aviones, salvo aquí, en España". Por el momento, no han recibido notificación alguna de los escritos de denuncia lanzados por Fenebús, pero responderán, como cualquier empresa, si esto sucede, aunque "es una situación nueva" para ellos.
Por su parte, el presidente de Fenebús insiste en que "siempre que hay un precio hay un servicio de transporte". Hay que decir que el reclamo que aparece en todos los rincones del portal es la posibilidad de compartir gastos en un viaje (gasolina peajes...). Aunque el precio lo establece el conductor, las tarifas están limitadas para que propietarios del coche sólo compensen sus gastos variables (sin obtener un beneficio económico).
BlaBlacar no cobra a sus usuarios por sus servicios en España. Su expansión en nuestro país es fruto de una necesidad de expansión internacional que, por el momento, se está financiando con la inyección de capital de los inversores de la compañía. "Sabemos que la empresa no cobra una comisión por viaje", reconoce el responsable de Fenebús.
José Luis Pertierra declara que desde su federación todavía no han hecho balance de cuánto le ha costado al sector la aparición de BlaBlacar, aunque señala que "donde más se está notando la pérdida es entre los clientes más jóvenes".
Fenebús también afirma que la falta de regulación administrativa de esta empresa no sólo perjudicaría a los autobuses, sino que podría perjudicar al pasajero. "No está claro si las compañías de seguros responderían ante un supuesto siniestro por los ocupantes sin ninguna relación con el conductor, ni tampoco quién se haría cargo de incidentes derivados de un mal comportamiento por parte del conductor", dice. Preguntado por si, tras regular su actividad, su federación se resignaría a los nuevos competidores, Pertierra asegura que "no sería suficiente. Tendríamos que ver cómo lo hacen porque habría que cambiar la ley y eso nos influiría a nosotros".
Otras federaciones aceptan al rival
No todos los representantes del colectivo de autobuses han mostrado una postura tan radical como Fenebús. Desde la Federación Española Empresarial de Transporte de Viajeros por Carretera, Asintra, coinciden con la idea de que Blablacar "es el autostop del siglo XXI", pero consideran "un tanto precipitado declarar su actividad de ilegal".
El presidente de Asintra, Rafael Barbadillo, afirma que Blablacar "no recibe una prestación por sus servicios, sino que pone en contacto a gente que quiere compartir gastos, y eso no es ilícito".
La aparición de empresas de este tipo "supone una nueva competencia para el autobús con la que nosotros debemos combatir", comenta. "Tenemos un equipo de profesionales cualificados que cumplen con las normas de tráfico, con la garantía de que sus autobuses tienen el seguro al día y, además, en caso de accidente, el autobús es más seguro que el coche. Les podemos hacer frente", dice el presidente de Asintra.
Barbadillo admite que "el negocio de empresas como ésta, aunque nos esté drenando viajeros, es difícil de parar", por eso su federación no se plantea emprender acciones legales.