La realidad que nos rodea deriva, en gran medida, del inmenso poder de las ideas. La innata creatividad humana es el verdadero artífice del desarrollo económico a través de la esencial función empresarial, que, como acertadamente explicaba el economista Ludwig von Mises, no consiste en asignar y redistribuir de la mejor forma posible los siempre escasos recursos que están a nuestro alcance, sino que, muy al contrario, la clave para crear riqueza radica en la tendencia natural del hombre a buscar y descubrir nuevas oportunidades de negocio capaces de generar beneficio. El problema, por desgracia, es que no siempre se dan las condiciones socioeconómicas propicias en nuestro entorno para incentivar de forma adecuada la tan delicada y valiosa creatividad empresarial.
Entender correctamente la conexión que existe entre la creatividad humana y el particular contexto que rodea al individuo -la esencia de la economía, al fin y al cabo- no es tarea sencilla, ni mucho menos. No por casualidad el capitalismo es un invento relativamente reciente y, pese a su indudable éxito para lograr elevar el nivel de vida de la gente a cotas inimaginables hasta hace bien poco, tan sólo se ha asentado con fuerza en un reducido y privilegiado número de países, al tiempo que sigue haciendo frente a grandes y poderosos enemigos de la libertad económica e individual.
Por ello, el valor de las ideas también es esencial a la hora de comprender la naturaleza real de la economía y la auténtica lógica del mercado. Cómo funciona el sistema monetario y crediticio, y qué efectos produce sobre la economía real; cuál es el impacto de la fiscalidad sobre la actividad empresarial; cómo influyen el déficit y la deuda del Estado sobre el crecimiento económico; por qué es necesario recortar el gasto público; qué impacto tiene la regulación laboral... Todos ellos son aspectos clave, cuya particular configuración, según la política económica que se aplique, genera resultados diametralmente opuestos, o bien beneficiosos o bien tremendamente perjudiciales.
En este sentido, la denominada Gran Recesión, cuyo inicio tuvo lugar a mediados de 2007, tras el estallido de la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, ha reabierto un intenso debate ideológico en el ámbito de la economía, librado entre los defensores de la libertad y los amantes del estatismo. De la resolución de este debate dependerá no sólo la ansiada superación de la crisis, también el bienestar de las generaciones venideras.
Un gran aporte para este debate es el nuevo libro de Diego Sánchez de la Cruz, Sin medias tintas. Esta obra refleja la opinión de un variopinto y extraordinario grupo de economistas, analistas e inversores sobre múltiples aspectos clave de la crisis actual. Las reflexiones también se centran en la esencia de la libertad y la prosperidad económica.
En este compendio de entrevistas, el lector podrá encontrar respuestas clarificadoras y, lo más importante, correctas sobre muchos de los problemas que aquejan hoy en día a la economía mundial. Ideas, todas ellas, discordantes o políticamente incorrectas frente al pensamiento único, es decir, frente al estatismo dominante… pero completamente acertadas a la hora de explicar la compleja realidad que nos rodea. Y ello no sólo porque se trate de mentes brillantes, sino porque sus opiniones se asientan sobre una profunda teoría económica cuya validez ha sido fehacientemente demostrada a lo largo del tiempo, con resultados enormemente positivos para la humanidad.
Entre los valiosos protagonistas del libro encontramos a Carlos Rodríguez Braun, Juan Ramón Rallo, Peter Schiff, Juergen Donges, Arthur B. Laffer, Johan Norberg, Luis Garicano, Pedro Schwartz… El resultado es una visión imprescindible sobre la esencia de la libertad y la naturaleza del desarrollo económico.
Sin medias tintas es una obra alejada del dogmatismo estatista predominante, único y auténtico culpable de la actual situación y de los futuros males que causarán sus recetas anticrisis. Por ello, el auténtico valor de este libro no radica sólo en el interesante y selecto perfil de los entrevistados, sino, sobre todo, en las profundas ideas y valores que comunica en torno a la libertad y la propia naturaleza humana.
Diego Sánchez de la Cruz, Sin medias tintas, Unión Editorial, Madrid, 2014.