El Gobierno había previsto que el próximo 1 de abril empezara a funcionar el nuevo recibo eléctrico. Las grandes compañías del sector ya habían advertido que era imposible que para esa fecha estuviese listo el ultimo sistema de precios de la luz debido a la complejidad de los cambios técnicos e informáticos que debían abordar empresas y usuarios.
Cuando ha llegado el momento de aplicar su propia normativa, el Gobierno se ha percatado de que las comercializadoras de referencia (Iberdrola, Endesa...) tenían razón y ha decidido prorrogar otros dos meses, hasta el 1 de junio, su entrada en vigor. El pasado 20 de diciembre, el Ejecutivo anuló la última subasta Cesur y fijó un precio para la luz de los tres primeros meses del año.
El texto con la prórroga, al que ha tenido acceso el diario Cinco Días, se remitió el pasado viernes al Consejo de Estado y establece que "los comercializadores de referencia dispondrán hasta el 1 de junio para adaptar sus sistemas". Hasta entonces, "se aplicará con carácter transitorio el precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC) aprobado por resolución del 31 de enero": 48,41 euros Mwh.
Las eléctricas sostienen que haría falta, al menos un año, para adaptar los sistemas informáticos para poder facturar por horas a los clientes y a los precios del mercado diario. También, las grandes compañías apuntan a la falta de contadores digitales para calcular el consumo de luz como otro de los problemas más graves.
Según la nueva norma, los clientes harán frente a su recibo eléctrico en función de la cotización de la energía en el mercado mayorista. Para ello, los usuarios deberán adquirir un contador inteligente. Si no lo tienen, la facturación seguirá siendo bimestral y el precio se calculará en función del promedio diario de luz consumido durante esos dos meses y de su cotización en el mercado.