La Comisión Europea ha aprobado este jueves nuevas reglas para limitar las ayudas públicas en el sector de la aviación con el fin de frenar la construcción de aeropuertos regionales innecesarios y no rentables. Las reglas obligan a suprimir en 10 años las subvenciones operativas para cubrir pérdidas y acotan las ayudas a aerolíneas como Ryanair para abrir nuevas rutas.
"Las ayudas públicas no deben usarse para producir solapamientos o crear un exceso de capacidad", ha dicho el vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, en rueda de prensa. "Lo que queremos evitar es la duplicación de aeropuertos no rentables y la construcción de aeropuertos que no se usan. Desafortunadamente, ya ha habido ejemplos concretos y bien conocidos de este mal uso del dinero de los contribuyentes en varios Estados miembros y eso no debe suceder de nuevo", ha resaltado.
Las nuevas reglas todavía permiten a los Estados miembros dar ayudas públicas para la construcción de nuevos aeropuertos, pero sólo si existe una auténtica necesidad de transporte y si las subvenciones son necesarias para garantizar la accesibilidad a una región. Además, fijan topes máximos de apoyo dependiendo de la talla del aeropuerto, que permitirán que las mayores subvenciones se concentren en los más pequeños.
Así, las ayudas podrán cubrir hasta el 75% del coste de construcción para los aeropuertos con menos de un millón de pasajeros al año, hasta el 50% para aquellos que tienen entre 1 y 3 millones y hasta el 25% para los aeródromos con entre 3 y 5 millones de viajeros. Los que tengan una capacidad de más de cinco millones no podrán recibir ayudas públicas. En el caso de las regiones remotas, las proporciones pueden aumentar un 20%.
Por lo que se refiere a las ayudas públicas a aeropuertos ya construidos para financiar sus pérdidas, Bruselas pide su eliminación gradual en un plazo de 10 años. El objetivo es que los operadores puedan ajustarse a la nueva situación de mercado, aumentando tasas, introduciendo medidas de racionalización o atrayendo a nuevas aerolíneas. Se contempla una excepción para los aeropuertos con menos de 700.000 pasajeros, cuya situación se reexaminará en 5 años.
Finalmente, las nuevas reglas limitarán también la capacidad de los Gobiernos de dar ayudas públicas a las aerolíneas que abran nuevas rutas. Estas subvenciones sólo serán posibles en adelante en los aeropuertos con menos de tres millones de pasajeros, cubrirán como máximo el 50% de los costes y se concederán de forma no discriminatoria y para un periodo máximo de 3 años. La compañía deberá presentar un plan de negocios que demuestre que la nueva ruta será rentable.
Investigaciones abiertas
La Comisión Europea mantiene abiertas en la actualidad alrededor de 28 investigaciones sobre posibles ayudas públicas en el sector de la aviación, entre ellas las que afectan a los aeropuertos de Girona y Reus. Almunia ha explicado que resolverá estos casos aplicando las nuevas directrices pero no ha dado más pistas sobre cuál será su decisión.
Para empezar, Bruselas ha aprobado este jueves una ayuda de 12,3 millones para el aeropuerto de Marsella (Francia) y otra subvención de 2,5 millones al aeropuerto checo de Ostrava. Además, ha concluido que las intervenciones públicas en el aeropuerto de Berlín Schönefeld no incluyeron ayudas de Estado y ha aprobado los acuerdos entre el aeropuerto danés de Aarhus y la compañía de bajo coste Ryanair.