La crisis económica y las medidas puestas en marcha en los últimos años para contener el gasto público en medicamentos ha hecho mella en el sector farmacéutico que opera en España.
De hecho, "la reiterada caída de sus márgenes, como resultado de las continuas reducciones de los precios, la demora en los pagos por parte de las Administraciones Públicas y la fuerte incertidumbre complican la permanencia en España de empresas de un sector clave en el ámbito de la innovación y el empleo, además de un eslabón esencial de la cadena sanitaria", según un informe elaborado por Juan Iranzo, Decano-Presidente del Colegio de Economistas de Madrid y miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad, y Marta Otero, economista del Instituto de Estudios Económicos, en colaboración con Novartis.
El estudio, bajo el título Las dificultades de la industria farmacéutica en España, destaca las principales trabas a las que se enfrenta este dicho mercado. Así, tras registrar un fuerte crecimiento en Europa desde 1990, con un aumento de la producción del 275% hasta 2011, un incremento del saldo de la balanza comercial del 1.092,2%, un aumento de la inversión en I+D del 257,9% o una subida del 32,5% del empleo, la crisis económica "ha tenido efectos muy perniciosos en una de las principales industrias innovadoras del país".
En concreto, en España, la industria farmacéutica redujo un 5% su número de empleados en 2011 debido al fuerte descenso de ventas. Los recursos destinados a la inversión continuaron aumentando aquel año, pero sufrieron un acusado descenso del 9,1% en 2012. La perspectiva para los años siguientes no es más alentadora, ya que en 2013 los autores prevén que la inversión habría caído en torno a un 7% interanual.
Los principales problemas que padece esta industria en España son:
- El aumento de la presión fiscal.
- El retraso en los pagos por parte de la Administración.
- Los constantes cambios legislativos.
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Y el ajuste en el precio de los medicamentos.
Estos factores han provocado "un marco inestable e incluso desaconsejable para la inversión en el sector farmacéutico", según advierten los expertos. Asimismo, destacan los elevados costes de la actividad de I+D en España. En este sentido, el informe señala que los incentivos fiscales y el fomento de mecanismos alternativos de financiación para las empresas "deberían formar parte de una política integral destinada a fomentar la innovación en nuestro país".
Además, una de las principales trabas que afrontan las farmacéuticas es "el periodo que transcurre desde que un medicamento innovador recibe autorización para comercializarse hasta que se introduce en el mercado. Con 349 días, España se sitúa como el país con mayor demora para acceder a terapias innovadoras en el conjunto de la Unión Europea".
Por último, se señala la necesidad de reforzar la unidad de mercado. "La fragmentación del mercado nacional perjudica la capacidad competitiva de las empresas, además de los factores relacionados con las economías de escala y el incremento de los costes", añaden ambos economistas.
En este sentido, confían que la aprobación de la Ley de Unidad de Mercado y la introducción del principio de licencia única suponga avances en esta materia, ya que, a priori, supondrá una reducción de los costes para las empresas al permitir comercializar sus productos en todo el territorio nacional.
En definitiva, España necesita menos impuestos y trabas regulatorias, así como mayor seguridad y certidumbre jurídica para frenar el deterioro que ha sufrido este sector en los últimos años y, de este modo, evitar la posible deslocalización de farmacéuticas a otros países, en un mercado caracterizado, además, por su elevada competitividad a nivel intenacional, fruto de la globalización económica.