Después de casi un mes y medio de conflicto y tras ocho días de paralización de las obras en el Canal de Panamá, este miércoles se anunciaba un "principio de acuerdo entre las partes". El administrador del Canal (ACP), Jorge Quijano, dijo a los periodistas que "aún quedan temas por resolver" y que las partes están "trabajando en esa dirección". Quijano no reveló en ese momento cuáles eran los puntos de acuerdo con el consorcio liderado por Sacyr (GUPC).
Quijano ha comparecido en la Asamblea Nacional a petición de los diputados panameños unas horas más tarde de este anuncio de principio de acuerdo. Tras varias horas de comparecencia, la autoridad del canal ha sido algo más clara. Quijano ha asegurado que "el plan B todos los días va cogiendo un poquito más de cuerpo, pero hasta que no salga de la obra GUPC no se puede materializar".
A la pregunta de uno de los diputados sobre si la ACP podría hacerse con las obras en este momento, Quijano ha sido tajante: "Nosotros podemos actuar hoy, pero si nosotros actuamos cuando estamos muy cerca de llegar a un acuerdo y tomamos la decisión de mandarlos para su casa, el arbitraje internacional nos culpará a nosotros" de no actuar de buena fe dentro de unos meses.
Quijano también ha dicho que "la paciencia" se le acabó hace tiempo, pero insta a "usar la prudencia en lugar de los sentimientos". La posición de que la autoridad asuma finalmente la conclusión de las obras de ampliación del Canal "está todavía sobre la mesa", ya que hay "oportunidades de que se caiga" la negociación, y si "la próxima semana se cae no va a ser una suspensión, sino que mandamos al contratista a su casa", ha asegurado Quijano.
Dice la autoridad del Canal de Panamá que han entendido que el consorcio liderado por Sacyr y por la italiana Impregilo "quiere continuar con las obras", ya que el impacto para las grandes empresas que lideran el GUPC sería muy negativo en Latinoamérica, y ahora "en Europa hay muchos menos contratos". Esa imagen negativa, dice Quijano, que tendría para empresas como Sacyr abandonar las obras es lo que les impulsa a querer negociar y a acabar finalmente con la construcción del Canal.
"Nosotros hemos seguido hablando con esta gente aún en los peores momentos, porque pensamos que es mejor darle una salida al conflicto menos costosa. Fuimos enfáticos en que lo que ellos estaban haciendo no tenía fundamento y eso es una causa para rescindirles el contrato", ha dicho Quijano.