El presidente de la CEOE, Juan Rosell, se ha mostrado este martes contrario a la independencia de Cataluña porque sería un "destrozo importante de las relaciones humanas" y también un destrozo económico, tanto para los catalanes como para el resto de los españoles, y ha asegurado además que ésta es la opinión más extendida. "La mayoría de los catalanes no nos queremos ir ni nos vamos a ir", ha asegurado.
"Vivimos en Europa y nos tenemos que sentir cada vez más europeos. La clave europea es decisiva para la situación de Cataluña", ha añadido durante su intervención de la jornada 'Diálogos de Internacionalización', organizado por DHL, en la que ha resumido: "Es mucho mejor vivir juntos".
"La posible independencia de Cataluña no la veo, ni desde el punto de vista hipotético ni desde el pragmático", ha dicho, avisado de que "sería un destrozo importante de las relaciones humanas en Cataluña y España y, por supuesto y de una manera mucho más importante, económico", ha añadido.
Desde este planteamiento, ha instado, sin embargo, a andar el camino del diálogo para solucionar una situación que ha calificado de "muy complicada y compleja". En este punto, ha avisado de que el sentimiento independentista y de "desafección" ha crecido de manera importante en Cataluña en el último año -con los partidarios de "volar solos" situados en el 40 por ciento- y que a esa situación no son ajenos los empresarios.
Pero ha achacado esta situación a que "los representantes políticos catalanes no acaban de saber explicar en el resto de España lo que está pasando en Cataluña", mientras que "en Madrid tampoco se sabe explicar la situación en la capital", todo ello al tiempo que "los que más se pasan de la raya son los que más salen en los medios de comunicación". "Pero eso no es lo que piensa la mayoría", ha insistido.
Como es Escocia
Dentro de este diálogo que Rosell ha instado a mantener, ha puesto como ejemplo el de los empresarios escoceses que, según ha explicado, han sido capaces de poner sobre la mesa las consecuencias económicas de una separación dejando a un lado las cuestiones políticas.
Con todo, ha dejado clara su opinión de que el "café para todos" del actual modelo autonómico "hoy es muy complicado" y que "seguramente habría que hacer un nuevo mapa" en relación a la financiación autonómica y un Senado "que realmente sirva para coordinar a las comunidades autónomas".
"La clave", ha dicho, es que todos los territorios tienen que ser tratados de la misma manera. "Los señores del norte, del sur, del este y del oeste tienen que ser tratados de igual. Tenemos que aportar impuestos todos y recibir servicios todos", ha remachado, para apostillar que, todo ello, preservando la "necesaria y absolutamente imprescindible solidaridad entre las zonas más ricas y las más pobres". "Tenemos que abordarlo de frente, con números y con toda la información de las balanzas fiscales", ha sentenciado.