El Gobierno destinó un total de 29.805 millones de euros a pagar prestaciones de paro en 2013, según el último boletín publicado el pasado martes por el Ministerio de Empleo. Dicho coste es un 6% inferior al registrado en 2012, unos 1.870 millones menos, pero supera en 3.109 millones la partida prevista inicialmente en los Presupuestos Generales del Estado de 2013.
De este modo, el gasto en prestaciones de desempleo se desvió un 11,6% de las estimaciones oficiales, cuantía que tendrá que ser cubierta mediante una nueva inyección de fondos al Servicio Público de Empleo.
A pesar de este desvío al alza, el presupuesto destinado al paro bajó respecto a 2012 debido al descenso de beneficiarios. Por un lado, el número de parados registrados en el antiguo Inem se situó en un total de 4.701.338 en 2013 frente a los 4.848.723 registrados un año antes, lo que supone un descenso de 147.385 personas (-3%).
Sin embargo, la caída de beneficiarios fue muy superior, con el consiguiente ahorro en prestaciones. Así, 2013 cerró con un total de 2.742.905 perceptores, lo que supone 214.473 menos que en 2012 (-7,3%). Por ello, el número de parados sin cobertura subió hasta situarse en 1.958.433 el pasado año, casi 67.000 más que en 2012, un aumento del 3,5% interanual.
Estos datos reflejan, en última instancia, la elevada dificultad que afrontan numerosos desempleados para reincorporarse al mercado laboral. El número de parados que han agotado su prestación sin haber encontrado trabajo casi se ha triplicado desde el inicio de la crisis, hasta rozar los 2 millones de personas en 2013.
Asimismo, el gasto medio mensual por beneficiario, sin incluir el subsidio agrario de Andalucía y Extremadura, cerró 2013 en 858,4 euros, una disminución de 63,3 euros respecto a diciembre de 2012 (-6,5%). La cuantía media bruta de la prestación contributiva percibida por beneficiario fue de 829,8 euros, unos 34 euros menos que un año antes (-4,0%).
Por último, el número de beneficiarios extranjeros cerró el pasado año en 283.166, un 15,3% menos que en 2012. El descenso es superior en los beneficiarios procedentes de países no comunitarios (-20,1%) que en los procedentes del entorno comunitario (-6,9%).