La Comisión Europea (CE) propuso este miércoles prohibir que los mayores bancos realicen ciertas actividades de inversión de alto riesgo con fines principalmente especulativos y permitirá que los supervisores les exijan separar sus labores de banca tradicional de la de inversión.
"Estas medidas reforzarán la estabilidad financiera y asegurarán que los contribuyentes no terminan pagando los errores de los bancos", señaló el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, en la presentación de la propuestas.
La CE busca con estas nuevas normativas evitar que los bancos incurran en riesgos que puedan poner en peligro la estabilidad financiera, como sucedió en 2008 con la caída del banco de inversiones Lehman Brothers al inicio de la crisis.
El Ejecutivo comunitario quiere prohibir el conocido como "property trading", las operaciones especulativas con los fondos del propio banco o capital prestado, que impliquen la negociación con materias primas e instrumentos financieros, explicó en un comunicado.
Bruselas considera que estas actividades suponen "muchos riesgos, pero no beneficios tangibles para los clientes del banco o la economía en general".
Estos límites solo afectarán a "un pequeño número de bancos muy grandes que son demasiado grandes para caer, demasiado costosos de rescatar y demasiado complejos para liquidarlos", dijo Barnier.
En concreto, de las 8.000 entidades que operan en la Unión Europea (UE), solo unas 30 -que representan, sin embargo, cerca del 65 % del total de los activos bancarios en los Veintiocho- se verán afectadas por la normativa.
Se trata de los bancos que tienen una "importancia sistémica" o que superen los 30.000 millones de euros en activos y actividades comerciales por valor de 70.000 millones de euros o que representen el 10 % de sus activos.
Aquellos que no superen estos topes quedarán fuera de estas restricciones, pues la CE considera que imponer las normas a todo el sector crearía "costes desproporcionados e innecesarios" para las entidades de menor tamaño.
Los supervisores tendrán, sin embargo, la capacidad de extender estas restricciones a otras entidades.
El segundo pilar de las nuevas normativas es la capacidad que tendrán los supervisores para exigir a una entidad que separe sus actividades de banca tradicional de sus operaciones de inversión, en el caso de que se detecte una exposición del banco a "excesivos riesgos".
"Cuando las actividades de inversión desaten una serie de alertas de riesgo (debido a su tamaño, su complejidad, su interconexión, etc.), podría ordenarse la separación de estas actividades de las entidades del grupo que mantienen los depósitos", señaló la CE.
La propuesta rebaja la ambición de separar de manera generalizada las actividades de banca tradicional de la banca de inversión, pese a que el informe que el propio Barnier encargó al gobernador del Banco de Finlandia, Erkki Liikanen, para que sirviera de base a la propuesta presentada hoy, apostaba por ello.
El "informe Liikanen" recomendaba la separación de ambas labores, para evitar que los riegos que se asumen en el segundo sector arrastren al primero en caso de dificultades, lo que por ejemplo tiene un impacto directo en la economía real al causar restricciones de crédito.
Las normativas propuestas incluyen también una serie de medidas que pretenden evitar que las entidades intenten eludir el cumplimiento de los límites separando sus actividades y llevándolas a cabo en la "banca a la sombra", así como para aumentar la transparencia de las operaciones financieras.
Estas medidas deberán recibir el visto bueno del Consejo -la institución que representa a los Estados miembros- y el Parlamento Europeo para entrar en vigor.
Bruselas no separará a la banca tradicional de la inversora
"Reforzará la estabilidad financiera y asegurará que los contribuyentes no paguen los errores de los bancos", dice el comisario de Mercado Interior.
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