Las similitudes entre Argentina y Venezuela cada vez son más evidentes. El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, afirmó ayer domingo que la nueva autorización a particulares para adquirir dólares "tendrá continuidad en el tiempo" y que el Gobierno impondrá sanciones si tras la devaluación del peso "hay abusos de precios" por parte de sectores nacionales.
El ministro subrayó que el levantamiento parcial de las restricciones a la compra de dólares que ha entrado en vigor este lunes "va a tener continuidad, va a ser mensual en base a los ingresos y va a apuntar a los que no han accedido a los dólares en este tiempo".
Desde hoy, los ciudadanos argentinos que justifiquen ingresos superiores a los 7.200 pesos mensuales (900 dólares al cambio oficial) podrán adquirir divisas extranjeras para su ahorro, con un límite máximo de 2.000 dólares al mes, según oficializó hoy el Gobierno argentino. La adquisición de moneda extranjera tendrá un recargo del 20 % a menos que se deposite a plazo fijo en una entidad bancaria por un plazo mínimo de un año.
Durante una entrevista en la televisión pública argentina, Kicillof señaló también que habrá controles y sanciones del Estado para evitar que haya subidas de precios injustificadas por parte de los sectores de producción nacional, no afectados por las cotizaciones de las divisas.
El ministro declaró que "el comerciante que dice que hubo una devaluación del 16%" y por ello aumenta los precios "miente y roba", porque "el componente importado de la economía es del 30%".
El titular de la cartera de Economía explicó que el efecto de la devaluación no es lineal "ni sobre los precios ni sobre el salario", e instó a organizaciones y sindicatos a que ayuden a controlar los precios.
Mientras tanto, las agrupaciones de supermercados argentinos han advertido durante el fin de semana de que la depreciación tendrá consecuencias en los costes y llegaron a señalar que algunos intermediarios han aplicado ya subidas de entre el 5 y el 10%.
Maduro prohíbe márgenes superiores al 30%
Precisamente la semana pasada entró en vigor la Ley de Precios Justos en Venezuela. Se trata de un instrumento con el que el Gobierno de Nicolás Maduro pretende controlar los precios. La medida estrella de la norma es que prohíbe a los empresarios que tengan márgenes de ganancias superiores al 30%.
La ley prevé la aplicación de medidas preventivas y sanciones como el decomiso, la ocupación temporal de establecimientos o bienes, el cierre temporal de un establecimiento o la suspensión de licencias así como el "ajuste inmediato" de precios.
En el apartado de lucha contra el acaparamiento establece que quienes "restrinjan la oferta, circulación o distribución de bienes regulados (...) para provocar escasez o distorsiones en sus precios, serán sancionados por vía judicial con prisión de 8 a 10 años".
Además, prevé multas que van desde 107.000 bolívares (17.000 dólares) a los 5,3 millones de bolívares (850.000 dólares).
El peso argentino se desploma
El peso argentino sufría el pasado jueves la mayor devaluación de su moneda en los últimos doce años, cuando el país acusaba los efectos de una fuerte crisis económica en la que se abandonó la paridad con el dólar. En concreto, la moneda argentina llegó a anotarse una caída del 14% hasta rozar los 8,30 pesos por dólar.
El efecto de la devaluación arrastraba a las bolsas del resto de países de América Latina -sus principales socios comerciales- y a la bolsa española, por la presencia de las empresas del Ibex 35 en el país.
El Gobierno logró estabilizar la cotización tras anunciar por sorpresa que a partir de este lunes se levantarán parte de las restricciones del denominado "cepo al dólar", vigentes desde 2011, al permitir a personas físicas comprar la divisa para ahorro y tenencia.
La inflación es una de las principales preocupaciones de la sociedad argentina, y aunque el Gobierno pronostica una inflación del 10,4% para 2014, las consultoras privadas cifran ese índice en alrededor del 30%.