El Gobierno que preside Cristina Fernández de Kirchner da señales de ser un barco que navega sin un rumbo claro. El peso argentino sufría el pasado jueves la mayor devaluación de su moneda en los últimos doce años. La noticia daba la vuelta al mundo no sólo por lo que suponía para la propia economía argentina sino por el efecto de esta devaluación en las bolsas del resto de países de América Latina -sus principales socios comerciales- y en algunas de las más importantes empresas españolas, altamente expuestas a la economía argentina.
Hace apenas cuatro días, antes de que el valor del peso con respecto al dólar se desplomara, el Gobierno de Kirchner profundizó los controles sobre el dinero de los argentinos. La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), encargada de autorizar las compras de dólares a los ciudadanos, estableció el miércoles una norma que restringe a dos veces al año las compras por internet. Unas horas después del varapalo que sufría su moneda, y por sorpresa, el jefe del Gabinete de ministros del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, comunicó que se autorizaba la compra de divisas para tenencia y ahorro después de más de dos años de cepo cambiario.
Tras el anuncio, la polémica está servida ante las dudas de que la medida sea el final real del cepo cambiario o un pequeño matiz para aliviar temporalmente la tensión en las reservas. El Ejecutivo argentino anunció su decisión de una manera inusual, en una declaración que apenas duró dos minutos tras los cuales no se permitieron preguntas de los periodistas. La autorización para la compra de dólares será "de acuerdo al flujo de ingresos declarados", aclaró Capitanich. Justificó que "el Gobierno considera que el precio de la divisa ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica".
Sin embargo, a partir del lunes, cuando entre en vigor la medida, los argentinos que quieran dólares tendrán que seguir pasando los férreos controles de la AFIP y deberán solicitar su autorización para conseguir divisa extranjera. Es previsible que, al igual que pasó con el dólar turista, conseguir divisa para "atesoramiento" no sea una tarea fácil. Si, finalmente, el organismo público acepta la solicitud de dólares, el ciudadano interesado tendrá que abonar el tipo de cambio oficial -establecido en los 8,5 pesos/dólar a finales de semana-, más el 20% en concepto de retención por el impuesto a las ganancias.
Además, según anunció el propio Capitanich, la autorización se concederá por parte de la AFIP de acuerdo al "flujo de ingresos declarados". Este supuesto levantamiento del cepo al dólar es una simple flexibilización de la situación, ya que sigue siendo el Gobierno el que decide discrecionalmente a quién concede dólares. La medida sólo incluye a las personas físicas con una determinada capacidad contributiva, con lo que quedan fuera las empresas o los particulares por debajo de esas consideraciones de "flujo de ingresos declarados" que el Gobierno argentino no ha aclarado.
La decisión de Kirchner ha sido considerada por la oposición como "improvisada" fruto de un Gobierno sin rumbo sumido en una situación cada vez más cercana a la hiperinflación.
Cronología del cepo verde
En 2011, la salida de dólares del sistema financiero argentino alcanzó cotas extremadamente altas. La desconfianza de los argentinos en su moneda y en una economía con una inflación de más del 20% les llevó a atesorar dólares e ingresarlos en bancos extranjeros. En octubre de ese año, unos días después de las elecciones presidenciales, Kirchner decretó la restricción a la compra de divisas para "proteger al mercado nacional de la fuga de capitales". Estos son los principales pasos que ha dado el Gobierno peronista desde entonces.
Octubre 2011: es obligatorio que todas las peticiones cambiarias sean informadas a la AFIP. Las entidades bancarias tienen, desde este momento, que pedir permiso a la Administración, por pequeña que sea la cantidad a cambiar. El descontrol reinó en esos primeros días de controles. La AFIP se basaba en la capacidad económica del interesado para aceptar o no su petición de dólares sin explicar en cuánto se establecía esa capacidad.
Diciembre 2011: a partir de este momento, los bancos tenían que solicitar con una antelación de diez días todas las peticiones de divisas de sus clientes.
Febrero 2012: desde el 9 de febrero las empresas que tuviesen que comprar dólares y girarlos al exterior tendrían que conseguir el visto bueno del Banco Central Argentino.
Abril 2012: el Gobierno obliga a mantener una cuenta en moneda extranjera para poder sacar fondos en el extranjero a través de una tarjeta de débito.
Mayo 2012: la escasez de dólares empieza a preocupar cada vez más al Gobierno de Kirchner. Tanto es así que solo se permite que los argentinos dediquen un 25% de sus sueldo a comprar divisa extranjera. Empieza a gestionarse la solicitud de la AFIP por la cual se pueden conseguir dólares para viajar al extranjero a hacer turismo.
Junio 2012: los controles se intensifican. El Banco Central prohíbe la compra de dólares para ahorrar. Éste es el veto que supuestamente se ha levantado ahora. La escalada intervencionista llega al punto de pesificar todas las pensiones que se cobran en Argentina lo que generó una gran polémica entre los ciudadanos extranjeros, entre ellos españoles, que viven en Argentina, pero que cobran su pensión en dólares y euros. Se empiezan a limitar también los pagos por internet, las compras al exterior...
Septiembre 2012: las casas de cambio y los bancos no podrán instalarse en los aeropuertos o puertos de toda la Argentina. Sólo las entidades públicas podrán vender divisas con un tope de 500 dólares en pesos a los extranjeros y sin cambio en el caso de que le sobrara líquido.
2013: nuevo año y muchas más restricciones a la obtención de dólares y casi a cualquier tipo de operación que se realice fuera del país. Aumenta el recargo al uso de tarjetas, a los paquetes turísticos...
2014: el pasado martes el Gobierno de Kirchner obligaba a presentar una declaración jurada a la AFIP para compras por internet. El miércoles se decidía restringir esas compras a tan sólo dos por año. Este viernes, en medio del desconcierto por la profunda devaluación, decidían levantar la prohibición de las compras de dólares para el ahorro.