Los ingresos que esperaba Hacienda con la aplicación del nuevo impuesto al juego han quedado muy por debajo de los cálculos iniciales del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Tal y como se hace eco el diario El Economista, las ventas de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) cayeron durante el pasado año un 7,9%, ésto supone casi duplicar la facturación del año 2012 de 4,8%. Si nos concentramos en juegos como la quiniela, primitiva, bonoloto o euromillones la caída en la facturación es mayor todavía, llegando al 8,13%.
Y es que como ya anunciaron los representantes del sector, el impuesto iba a lastrar enormemente la recuperación de la industria del juego en un futuro próximo. Durante el primer trimestre del 2013, tras la puesta en vigor del impuesto, se registraron unos descensos de cerca del 10%. Esta tendencia se estabilizó en el 7,5% durante los siguientes trimestres, consiguiendo evitar un estropicio mayor.
Para Lotería y Apuestas del Estado este descenso en las ventas no es fruto de la subida de los impuestos, sino a causa del entorno económico actual, con lo que el impuesto, en su opinión, "no ha tenido un impacto significativo en las ventas", según recoge el diario económico.
El impuesto al juego, que grava un 20% los premios mayores de 2.500 al juego, fue anunciado por Montoro en septiembre de 2012. El ministro pretendía recaudar 824 millones de euros extra durante en 2013, pero según los datos contabilizados hasta el mes de diciembre no parece que vaya a ser así. Hacienda ha recaudado 250 millones de euros por el impuesto, a lo que habrá que sumar la parte correspondiente al Sorteo Extraordinario de Navidad, además de el resto de premios de la Once y LAE. Con todo ello, se esperan unos ingresos extra para las arcas del Estado de 450 millones de euros, casi la mitad de lo esperado por Montoro.
La iniciativa llevada a cabo por el ministro Montoro fue criticada desde su anuncio. Asociaciones como la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Loterias (Anapal) alertó desde un primer momento la nefasta repercusión que ocasionaría el gravamen a las ventas.
A las pérdidas recogidas en la LAE, hay que sumar las del resto de subsectores de la industria del juego, como son los bingos o casinos. Si estos establecimientos acumulaban ya un retroceso del 3,2% en su facturación entre los años 2008-2011, con la llegada del impuesto las pérdidas se agravaron un 1,6% más.
Ante esta situación, el Ministerio de Hacienda ya ha anunciado que el impuesto será revistado en la próxima reforma fiscal. El comité de expertos será el encargado de evaluar posibles cambios en el gravamen o directamente su eliminación.