¿Te imaginas que en la cabina de enfrente de casa te encuentras un mensaje de tu madre diciéndote que recojas la habitación? ¿O que vayas a ver un partido del Betis y que tu mejor amigo se te declare en el videomarcador del estadio? Cuidado, puede pasar, porque una empresa española lo ha hecho posible gracias a su original modelo de negocio.
Y es que Vicente Muñoz, Pilar Abril y Javier Alemany han fundado Selodigo, una compañía de nueva creación que utiliza los actuales soportes publicitarios para hacer públicos mensajes personales. Cabinas telefónicas, radio, televisión, campos de fútbol o, incluso, en Google. A través de esta empresa nadie está a salvo de recibir su particular recado.
La idea surgió de una forma casual. En una comida con amigos uno de los comensales comentó que había intentado alquilar la lona de unas obras para pedirle matrimonio a su pareja y no lo consiguió. Los tres fundadores empezaron a trabajar sobre esa idea. "Mis otros dos socios estaban haciendo un posgrado en el IESE y estaban deseando crear su propia empresa", explica Javier Alemany en una entrevista a Libre Mercado.
Pregunta: ¿Qué funciones ocupáis cada uno de los fundadores en la empresa? ¿cuál es vuestra formación?
Respuesta: Pilar es abogada y se encarga de la parte jurídica; Vicente estudió Empresariales y tiene mucha experiencia en el mundo de la empresa; y yo soy ingeniero Industrial y ejerzo de director. Somos de Ciudad Real, los tres tenemos 46 años y somos amigos desde los 15.
¿Qué tipo de soporte publicitario ofrecéis y cuáles son vuestras tarifas?
- Google (65 euros): cuando la persona a la que el cliente quiere sorprender introduzca su nombre y apellidos en el buscador de Google, su anuncio aparecerá entre los resultados de su búsqueda. Cuando haga clic sobre el anuncio, podrá leer el resto del mensaje.
- Radio (75 euros): a través de cuñas de radio en su desconexión local. El cliente debe enviarnos el archivo de audio y nosotros lo preparamos para que pueda emitirse en radio, en el programa y franja horaria que decida.
- Televisión (125 euros): se trata de canales locales. Al igual que en la radio, El cliente debe enviarnos el vídeo y nosotros lo preparamos para que pueda emitirse en radio, en el programa y franja horaria que decida.
- Cabina (155 euros): pueden enviarnos una imagen junto a un texto o, simplemente, un texto. El mensaje estará en la cabina una semana.
- Estadio de fútbol (225 euros): se publicarán en el videomarcador de los estadios. Deben elegir uno de los estadios de nuestro catálogo (Levante, Betis, Celta de Vigo y el Almería) y la fecha del partido en el que quieren que aparezca el mensaje. Después, deben enviarnos el vídeo y nosotros lo preparamos.
¿ Y si lo que quiero poner es un mensaje negativo?
Está prohibido. Nosotros filtramos los mensajes para que no sean ofensivos o polémicos. Sólo admitimos mensajes bonitos o graciosos.
¿Cuál es vuestro soporte más demandado?
De momento, las cabinas de teléfono. Tenemos un acuerdo con Telefónica, que ha puesto a nuestra disposición más de 30.000 cabinas a lo largo de la geografía nacional para la colocación de mensajes. Ahora, estamos estudiando trabajar sobre más soportes como las marquesinas de los autobuses.
¿Cuáles son los mensajes que más demanda tienen? ¿cuál es el perfil de vuestros clientes?
Sin duda, los de tipo sentimental. Nuestros clientes más habituales son hombres de entre 35 y 45 años.
¿Hay más empresas en España que se dediquen a esta actividad?
Aquí no hay nadie y en el extranjero las hay de regalos personales, pero no como nosotros. Inversores consultados nos han dicho que nuestra idea funcionaría muy bien en EEUU porque, además, otra de las ventajas de Selodigo es que todo el servicio se puede contratar por internet.
¿De dónde obtuvisteis la financiación necesaria para crear la empresa? ¿cuánto dinero necesitasteis?
Fue financiación propia e invertimos 32.000 euros. Pero necesitamos más inversión para darle el empuje necesario. Estamos en conversaciones con business angels y tampoco descartamos asociarnos con otra empresa. Operamos en toda España y eso es todo un reto.