La Oficina de Extranjería de Bélgica retiró el permiso de residencia a 323 españoles en 2013 al considerar que ya no cumplían con los requisitos exigidos -como contar con un contrato laboral, ser estudiante o tener actividad como autónomo-, y evitar así que supusieran una carga exagerada para las arcas de la Seguridad Social belga. Los españoles ocupan el tercer lugar en número de expulsiones, solo por detrás de rumanos y búlgaros.
En total, Bélgica expulsó a lo largo del año pasado a un total de 2.712 ciudadanos europeos por estas razones, lo que supone un incremento respecto a 2012, cuando retiró el permiso de estancia en el país a 2.407 personas procedentes de otro Estado miembro, según el informe difundido este viernes por la Oficina de Extranjería de Bélgica.
Los ciudadanos europeos tienen derecho a la libertad de movimiento dentro del territorio de la Unión Europea, pero deben cumplir una serie de requisitos durante su estancia en un Estado miembro ajeno al de origen.
La Oficina de Extranjería belga ha explicado que la razón principal para retirar estos permisos tiene que ver con "la carga poco razonable para el sistema social" que suponen estos ciudadanos, al no cumplir con las condiciones que se exigen a los europeos.
Entre los requisitos para el permiso de estancia, añade ese organismo, figura contar con un contrato de trabajo, ser estudiante, tener actividad como autónomo o tener derecho a prestación por desempleo.
Tanto en 2012 como en 2013, rumanos, búlgaros y españoles fueron los más afectados por estas decisiones. Así, en 2013 fueron expulsados 816 rumanos, 393 búlgaros y 323 españoles, seguidos de holandeses (305), italianos (265) y franceses (176). Un año antes, los rumanos fueron los más afectados (700), seguidos de españoles (336) y búlgaros (282).