Miguel Ángel Revilla no duda en visitar los platós de la televisión para explicar qué tipo de medidas económicas debe aplicar España para salir de la crisis. Su discurso, populista según unos y campechano según otros, parece ignorar que su gestión económica al frente de Cantabria arrojó un resultado desastroso.
Los datos oficiales son claros. Entre 2003 y 2011, con Miguel Ángel Revilla en la Presidencia, la deuda autonómica se multiplicó por cuatro. Pasó de 293 a casi 1.300 millones de euros: del 3,8% al 10% del PIB autonómico. A esta cantidad habría que añadir, eso sí, otros 200 millones de euros que no figuraban en las cuentas hasta que Eurostat confirmó el maquillaje estadístico aplicado entre 2008 y 2010. Por tanto, el déficit final de la era Revilla rondaba los 1.500 millones de euros frente a una herencia menor a los 300 millones.
Tampoco puede sacar pecho Revilla en lo tocante al balance presupuestario. En 2003 Cantabria venía de registrar un pequeño superávit fiscal en las cuentas del gobierno autonómico; sin embargo, en 2011 este desajuste había crecido sustancialmente, copando un cuarto del gasto regional y superando el 4% del PIB.
El líder del regionalismo cántabro presidió un histórico aumento del paro en Cantabria. Cuando llegó al poder, el desempleo afectaba a 22.000 personas, mientras que al decir adiós en 2011 este indicador superaba las 45.000. Refiriéndose a esta cuestión en 2009, Revilla no fue precisamente un ejemplo de sensibilidad social. Concretamente, afirmó que "hay un millón y medio de españoles que no quiere trabajar" y apuntó que los parados de larga duración asumen "costumbres nocivas, como salir por las tardes a jugar la partida o al bingo".
Su gobierno tampoco se caracterizó por evitar el despilfarro de dinero público. Con Revilla en el poder, los contribuyentes perdieron 35 millones de euros en un proyecto de fibroyeso que no fue a ninguna parte. También se fueron 20 millones en una fundación de comercio que apenas consiguió afiliados.
El Ejecutivo cántabro también tiene el dudoso honor de haber impulsado un aeródromo en el que no pueden aterrizar las avionetas. Otro escándalo de su paso por la Presidencia regional es el relativo al gasto en comidas y dietas de su gobierno: más de cuatro millones de euros entre 2007 y 2011.
Durante el gobierno de Revilla, la Administración paralela no paró de crecer: pasó de 32 a 45 entes públicos en plena crisis (2007-2011). Por otro lado, se entregaron contratos de hasta 10,5 millones de euros a la empresa de comunicación que diseñó todas las campañas electorales del partido de Revilla, el PRC.
Pese a todo lo anterior, Miguel Ángel Revilla espera recuperar el gobierno de Cantabria en 2015: "Vamos a volver, que nadie lo dude", afirmó en un acto electoral celebrado este año.
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