El Tesoro Público ha iniciado 2014 con buen pie tras cerrar la primera subasta del año ofreciendo la menor rentabilidad de la era euro en sus bonos a cinco años, es decir, al menor coste (tipo de interés) para las arcas del Estado (Gobierno central). Dicha entidad ha captado este jueves un total de 5.288 millones de euros en bonos y obligaciones con una notable rebaja de la rentabilidad. Este favorable resultado animó el mercado de deuda nacional, ya que el interés del bono a 10 años bajó hasta su nivel más bajo desde finales de 2006, mientras que la prima de riesgo de España se llegó incluso a situar por debajo del umbral de los 180 puntos básicos por primera vez desde abril de 2011.
Sin embargo, el éxito del Tesoro oculta una realidad mucho más cruda: el Gobierno acaba de endeudar un poco más a los españoles, pese a que el país soporta ya el mayor nivel de deuda pública desde principios del siglo XX; y, de hecho, el Estado deberá captar este año el mayor volumen de deuda de su historia. En concreto, según la estrategia de financiación prevista para 2014, el Tesoro afronta unas necesidades brutas de financiación de 242.400 millones de euros. Dicho de otro modo, el Gobierno deberá pedir prestado al mercado (inversores) el equivalente al 24% del PIB para pagar deuda pasada (amortizaciones) y cubrir la brecha existente entre ingresos (recaudación de impuestos) y gasto público.
Y ello, excluyendo en todo caso otro tipo de endeudamiento, como préstamos bancarios y otros mecanismos financieros más allá de la emisión regular de deuda por parte del Estado (letras, bonos y obligaciones), así como la deuda de comunidades autónomas, entidades locales, Seguridad Social o empresas públicas.
La emisión de deuda estatal se quintuplica
El Tesoro prevé emitir este año un total de 242.400 millones de euros, lo cual equivale a una media de 664 millones cada día. Esta cuantía casi multiplica por cinco el volumen de emisiones realizadas en 2007, momento en que el comenzó la crisis financiera internacional. Entonces, el Tesoro emitió 52.091 millones de euros -unos 142,7 millones diarios-, según los registros del mercado primario de deuda que recopila el Banco de España.
Tales cifras incluyen, por un lado, la amortización de deuda pasada y, por otro, la nueva deuda (emisiones netas) que se genera para cubrir las necesidades de financiación derivadas, sobre todo, del elevado déficit público registrado durante la crisis. Así, mientras que el Estado tan sólo tuvo que amortizar 51.101 millones de euros en 2007, esta factura ascenderá a 177.400 millones este año. Es decir, el volumen de vencimientos se ha multiplicado por más de tres durante la crisis.
La razón estriba en la intensa emisión de letras (deuda a corto plazo) realizada durante los últimos años, debido a que su coste (tipo de interés) suele ser inferior. Así, mientras que la amortización de letras (deuda a un plazo máximo de 18 meses) se ha multiplicado casi por cuatro (de 28.827 millones en 2007 a los 109.000 millones previstos en 2014), la correspondiente a bonos y obligaciones (deuda a medio y largo plazo) se ha duplicado (de 28.274 a unos 68.300 millones, respectivamente).
De igual modo, cabe señalar que el Estado logró reducir su deuda neta en más de 2.000 millones de euros en 2007, lo cual significa que no sólo no generó nueva deuda sino que redujo su endeudamiento haciendo uso del superávit que, por entonces, presentaban las cuentas públicas, ya que los ingresos del Gobierno superaban a los gastos. Sin embargo, a partir de ese momento, el Estado no ha dejado de acumular nueva deuda para poder financiar todos sus gastos, tal y como muestra la evolución anual de las emisiones netas del Tesoro.
Como consecuencia, la deuda el Estado en circulación no ha dejado de crecer durante la crisis. En concreto, ha pasado de los 300.442 millones de euros en 2007 a algo más de 706.000 millones de euros en el tercer trimestre de 2013, según el último dato oficial que recoge el Banco de España. Es decir, la deuda viva del Gobierno central se ha disparado en más de un 130%, tras aumentar en unos 405.000 millones durante la crisis.
Los persistentes y elevados déficits que ha acumulado el sector público durante la crisis explican casi el 80% de este inédito deterioro, al que también ha contribuido, aunque en menor medida (20% restante), la carga de intereses. En este sentido, cabe señalar que, si bien el pago de intereses por la deuda del Estado se ha más que duplicado durante la crisis, hasta superar los 30.000 millones al año, este aumento no se debe tanto al repunte de la rentabilidad como al incremento en sí del endeudamiento. De hecho, el tipo de interés medio de la deuda emitida por el Estado ha bajado del 4,51% en 2007 a cerca del 3,8% en 2013.
La anterior cifra representa el dinero que el Gobierno central adeuda a los inversores de renta fija (tenedores de letras, bonos y obligaciones), pero a ello hay que sumar otras deudas captadas a través de préstamos y otros mecanismos financieros. La deuda oficial que acumula el Gobierno Central equivale a un total de 831.327 millones de euros en el tercer trimestre del pasado año, según el Protocolo de Déficit Excesivo (PDE), la metodología que impone Bruselas.
En estos casi 130.000 millones extra de diferencia se incluiría la deuda que acumula el Fondo de rescate bancario (FROB), unos 52.300 millones (rescate europeo inclusive); el Fondo para pagar la deuda eléctrica (18.800 millones); el Fondo de rescate autonómico (FLA), con más de 31.000 millones; el Fondo de pago a proveedores (29.000 millones), etc.
Sin embargo, a esta cifra habría que sumarle, además, la deuda de CCAA, entidades locales y Seguridad Social para obtener el volumen de deuda pública oficial que acumula España: 954.863 millones de euros en el tercer trimestre de 2013 (93,4% del PIB), frente a los 382.307 millones de 2007, lo que supone 572.500 millones más durante la crisis, un aumento próximo al 150%. Si a todo ello se añadiera la deuda de las empresas pública, la cifra total rebasaría el umbral del billón de euros.