Si en los últimos años Barbie estuvo más bien parco en sus declaraciones, todo indica que de ahora en adelante su locuacidad irá a más. El contenido de su mensaje tenderá a repetirse en torno a las líneas siguientes:
Hemos corregido parte de los desequilibrios económicos que existían y el reparto de la carga ha sido equitativo (…) hemos preservado los grandes servicios públicos: sanidad, educación y el sistema de pensiones (…) han sido decisiones difíciles pero los esfuerzos no han sido en vano.
La "corrección de los desequilibrios" es un mantra que el gobernante utiliza para transmitir el mensaje de que dichos desequilibrios son culpa de otro, y que la providencia ha sido generosa con sus súbditos porque llegó él a resolverlos. Pero los desequilibrios estuvieron bastante generalizados en España, y se acentuaron con la crisis, lo que habría sucedido con cualquier gobierno estatal, como lo prueba la evolución de las autonomías de color político diferente. Y cualquiera que hubiese ganado las elecciones generales en 2011 habría debido afrontar esos desequilibrios, por la sencilla razón de que la explosión del déficit lo hubiese convertido en no financiable.
Barbie insiste en que somos afortunados no sólo porque fue él quien se impuso en los comicios, también por la forma en que resolvió la crisis: de manera "equitativa" y "preservando" el Estado de Bienestar. Esto revela hasta qué punto los partidos políticos son similares y repiten la misma mentira. Barbie subió los impuestos, lo que terminó de hundir a la economía en una nueva recesión en 2012; y lo hizo por propia elección, causando un daño enorme con el objetivo de no dañarse él, objetivo que ocultan siempre los políticos alegando que lo hacen por nuestro bien, dado que el Estado de Bienestar es intocable, como si eso justificara el tocamiento obsceno de las carteras de los ciudadanos. El alegar que es "equitativo" subir los impuestos si se suben más para unos que para otros no es más que el dogma antiliberal sin fundamento que esgrime a los ricos como señuelo para recortar la libertad y los derechos de todos.
Esto prueba, por fin, que no fueron para Barbie "decisiones difíciles", al contrario, fueron las más fáciles para él. Añadiendo insulto al escarnio, remata con el sermón de "los esfuerzos no han sido en vano", como si se tratara de sacrificios voluntarios de los ciudadanos, y no impuestos a la fuerza por el poder.