"La economía española ha salido de la recesión, pero no de la crisis. Para dejarla atrás es necesario abordar, a corto y a medio plazo, numerosos retos que exigen cambios de gran calado en las empresas, en la educación y en el sector público". De este modo, resume la Fundación BBVA el desafío que afronta la economía nacional de cara a los próximos años.
En su Informe 2013 Fundación BBVA-Ivie sobre Crecimiento y competitividad, presentado el miércoles, los investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) identifican ocho grandes retos cuya superación hará más probable que la necesaria competitividad económica de España sea duradera. El objetivo global es competir y crecer mejor, tanto a medio como a largo plazo, pero para ello será necesario solventar los siguientes aspectos:
1. Más inversión en intangibles
El primer reto es aumentar la invesión en activos intangibles: información digitalizada, innovación y competencias económicas que potencien la imagen de marca, mejoras en la gestión, en la organización del trabajo y formación. Es decir, que las empresas inviertan más en I+D, en mejorar su organización interna y en la formación de trabajadores y empresarios parar elevar su productividad y generar más valor añadido.
El problema es que la inversión en intangibles en España es baja, apenas el 6,7% del PIB, menos del 40% de la inversión en activos tangibles (capital físico), cuando en Estados Unidos representa un 150%.
2. Aprovechar mejor la globalización
La economía española ha de orientar más sus actividades hacia las que generan más valor, teniendo presente que la economía mundial se caracteriza por una elevada fragmentación de los procesos productivos que permite a las empresas especializarse en distintas tareas. La globalización plantea el reto de reducir los costes en tareas de baja cualificación y centrarse en las más cualificadas.
3. Atraer inversión extranjera
Poner en valor las ventajas competitivas de España ante las estrategias de deslocalización de las multinacionales extranjeras. Las dotaciones de infraestructuras, la oferta de mano de obra abundante de cualificación alta y los salarios, además de los costes del suelo y alojamiento que son más bajos que los de muchas economías europeas, deben servir para que determinadas actividades se localicen en España.
4. Cambiar la estructura y gestión de las empresas
Abordar cambios en la estructura, dirección y gestión de muchas empresas, en especial de las más pequeñas. "Las estrategias empresariales dependen con frecuencia de propietarios con escasa cualificación para manejar la actual complejidad tecnológica de las organizaciones y de los mercados", según el estudio.
Mientras el 71,1% de los directivos son universitarios, ese porcentaje se reduce al 10,5% entre los empresarios con asalariados y al 10,3% entre los autónomos, pero estos dos últimos grupos son los mayoritarios. Las empresas grandes y las multinacionales, gestionadas con frecuencia por directivos profesionales, logran mayores niveles de eficiencia y productividad.
5. Mejorar la productividad laboral
Es necesario incrementar las ocupaciones cualificadas, que quienes ocupan estos puestos estén bien formados y sean productivos, y que las empresas gestionen esos recursos adecuadamente.
Aunque en España el porcentaje de puestos de trabajo de alta cualificación representa ya alrededor de un tercio del total, en otros países esa cifra se aproxima al 45%. Las previsiones europeas son que dos de cada tres puestos de trabajo creados en España en esta década sean cualificados, y por ello es necesario contar con abundantes recursos humanos con formación superior (universitaria o profesional), con conocimientos, competencias y actitudes adecuados para cubrir una demanda cada vez mayor de capital humano.
6. Reducir el paro
Uno de los retos más importante para el resto de esta década, según los expertos, será "absorber una gran bolsa de parados con escasa formación, pues la exclusión laboral está siendo un factor clave del mayor riesgo de pobreza".
Por ello, abogan por emplear todo "el arsenal disponible para paliar el problema que representa el desempleo", mediante una mayor flexibilidad laboral, más facilidades para crear empresas, una mejor formación para desempleados, etc.
7. Igualdad de oportunidades
Un séptimo reto es garantizar el acceso a servicios públicos fundamentales como la educación y la salud, "claves para igualar las oportunidades de los grupos sociales más amenazados por la pobreza".
Y, para ello, es necesario garantizar "la sostenibilidad financiera del gasto público a medio y largo plazo, amenazada por la tendencia expansiva de los gastos asociados al envejecimiento; la existencia de grandes diferencias de recursos por habitante entre las comunidades autónomas, responsables de la prestación de estos servicios; y la falta de instrumentos de evaluación sistemática de los resultados de las políticas educativas y sanitarias, que promueva la difusión de buenas prácticas y la eficiencia".
8. Servicios públicos más eficientes
Por último, es necesario que España cuente con unos servicios públicos eficientes, minimizando costes y maximizando el volumen y calidad de los mismos. En este sentido, el informe recomienda apostar por "la evaluación sistemática ex-ante y ex-post de las políticas, basada en sistemas de información adecuados".