La actitud de Pemex al criticar la gestión de Repsol en sede parlamentaria mexicana puede implicar una ruptura del acuerdo entre las dos compañías. Esto supondría una salida de la primera del consejo de administración de la compañía española, indicaron a Europa Press en fuentes empresariales.
Los estatutos de Repsol establecen que ninguna empresa competidora puede sentarse en el consejo de administración de la compañía salvo que exista un acuerdo previo, como es el caso de Pemex.
Este acuerdo conlleva una alianza industrial entre las dos empresas y fue alcanzado como parte del arreglo con el que Pemex renunció a sindicar sus acciones de Repsol con Sacyr en la época en la que Luis del Rivero presidía la constructora.
Además de fijar unos límites temporales de participación accionarial para Pemex, de entre el 5% y el 10%, el acuerdo también incluye el compromiso de la petrolera mexicana de apoyar la gestión de la compañía presidida por Antonio Brufau.
Este último punto es el que se encuentra en la actualidad quebrado, después de que el director general de Pemex, Emilio Lozoya, arremetiese contra la retribución de Brufau en una sesión de la Cámara de Diputados mexicana.
El discurso de Lozoya se suma a declaraciones anteriores realizadas por el mismo directivo en contra de la dirección de Repsol e implica a efectos prácticos una ruptura del acuerdo con la compañía española.
Sin cambios en el consejo de administración
En todo caso, Repsol no tiene intención de promover al menos en la próxima reunión de su consejo de administración, que se celebrará el miércoles, la expulsión del consejero de Pemex, José Manuel Carrera. La petrolera prefiere buscar alguna solución de entendimiento, consciente al mismo tiempo de las implicaciones de las críticas de Pemex.
Varios medios españoles se han hecho eco de una posible ruptura de la alianza entre las dos compañías, indican que esta cuestión podría ser tratada en el consejo de administración de la próxima semana.
En todo caso, las fuentes señalan que este debate se produciría al margen del orden del día, en el que se abordará, como principal asunto, la aprobación de una nueva edición del dividendo flexible, que irá en línea con el del año pasado.
El acuerdo entre Pemex y Repsol obliga a la primera a "apoyar la estructura de gobierno y liderazgo" de la segunda, así como a contar con ella a la hora de "evaluar y promover las oportunidades de negocio que puedan resultar de interés mutuo".