La banca española no puede cantar victoria. Todavía no. Al menos eso es lo que piensa el Fondo Monetario Internacional (FMI), que este viernes ha publicado su cuarto informe sobre el progreso del sector financiero, el correspondiente a noviembre de 2013. Su principal conclusión es que las entidades españolas están mejor, pero aún no se han salvado por completo. De hecho, los autores del documento advierten: vienen tiempos duros, con menos beneficios y un incremento de la morosidad.
El informe se publica en la misma semana que el de la Comisión Europea y el Banco Central Europeo y coincide con éste en buena parte del diagnóstico. El entorno macroeconómico español está mejorando ligeramente, pero las amenazas permanecen.
En lo que respecta a la morosidad, el documento admite que las ratios de cobertura "han mejorado en 2013 gracias a los esfuerzos en provisiones de los bancos". Aunque hay que tener en cuenta que "la dispersión" en estas ratios es enorme entre las diferentes entidades.
Hace unos días se conocía que se ha establecido un nuevo récord en los datos de créditos impagados, con el 12,3% alcanzado en septiembre según el Banco de España. Sin embargo, incluso con esa cifra, podría no haberse tocado techo. El FMI advierte de que las reclasificaciones y las refinanciaciones "probablemente" empujarán al alza la morosidad en el corto plazo. Es más, calcula que antes de fin de año, los nuevos requisitos del organismo supervisor incrementarán la cuenta en casi 30.000 millones de euros.
"Incertidumbre"
Los problemas no se quedan ahí. Los autores apuntan que "sigue habiendo mucha incertidumbre acerca del deterioro de la calidad del crédito" y creen que esta situación seguirá "durante algún tiempo". Por eso, aconsejan al supervisor que se asegure de que "cualquier debilitamiento en la calidad de los activos" sea seguido de un incremento en las provisiones.
Evidentemente, un incremento en las ratios de morosidad no va a sentar bien a los balances de los bancos. Pero no es sólo eso lo que preocupa al FMI. El informe apunta que "la capacidad para generar ingresos a través de su actividad principal" sigue estando dañada y que los buenos resultados del primer semestre del año pueden atribuirse más a ingresos extraordinarios y actividades no recurrentes que a los márgenes del negocio de préstamos.
Ésta ha sido la tendencia en el pasado cercano y seguirá siéndola en el futuro a corto plazo. Porque, "hasta que la recuperación económica no sea sólida", será complicado que se mantengan las buenas cifras. En este sentido, se apunta varios riesgos: "Mayor deterioro de los créditos, necesidad de incrementar las provisiones, caída en los tipos de interés, eliminación de las cláusulas suelo y caída de los volúmenes de préstamos". Parece una tormenta perfecta para cualquier banco: menos créditos, tipos más bajos, más impagados, incremento de los dudosos,... Y todo esto tras cinco años de profunda crisis.
Además, el informe apunta a que en el mercado inmobiliario, el gran foco de problemas para la banca en los últimos años, no se han terminado los ajustes. En su opinión, sigue habiendo una enorme cantidad de oferta sin colocar, lo que presionará los precios a la baja. Si a esto le unimos que las ratios alquiler/venta y precios/ingresos familiares siguen estando por encima de los niveles más altos de la burbuja, todo apunta a que seguiremos viendo una corrección a la baja de este mercado.
¿Más capital?
En unas entidades que no están precisamente sobradas, una caída en los beneficios, una subida en la morosidad y una caída en los precios de los pisos no son precisamente una buena noticia. Por eso, el informe advierte de que podrían ser necesarias nuevas inyecciones de capital. Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Probablemente las entidades tiemblen ante la perspectiva de nuevas exigencias que podrían terminar con sus beneficios en números rojos en los próximos meses.
El FMI propone mantener los niveles conseguidos últimamente (el 9% de Coer Tier 1 de la nueva regulación) a base de "ganancias en eficiencia, ampliaciones de capital y restricciones en las remuneraciones y los dividendos".
En lo que hace referencia a esta última cuestión, los autores celebran la propuesta del Banco de España de "limitar los dividendos a no más del 25% de los beneficios" y piden que se extienda en 2014. Y también animan a los bancos a "aprovecharse" de la buena situación de los mercados para conseguir capital a través de nuevas emisiones.
Al final el problema con toda esta situación es que si un banco tiene que aumentar sus provisiones o ampliar capital, lo normal es que acabe afectando a su actividad diaria (a ese grifo del crédito que todo el mundo dice ya que está cerrado). Por eso, el FMI hace las propuestas recogidas en los párrafos anteriores, que entiende que no afectarían a la actividad corriente de las entidades, con lo que quiere conseguir la cuadratura del círculo: más capital, contención de los problemas que vaya apareciendo y mantenimiento de las líneas de crédito. Será más complicado hacerlo en la práctica que plantearlo en la teoría.