Las empresas españolas vendieron al exterior 3834 millones de euros en bienes de equipo en septiembre. Es un 17,8% más que en el mismo mes de 2012. Y posiblemente sea el mejor dato que nos deja el Informe Mensual de Comercio Exterior que este miércoles hacía público el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz.
Desde hace meses, las estadísticas de exportaciones e importaciones son celebradas por el Gobierno por lo que suponen de anticipo de la recuperación. En crisis anteriores, España comenzó a salir del bache a través del sector exterior. Y en esta ocasión no será diferente. Necesitamos vender más al extranjero (y comprar menos) para pagar la enorme montaña de deuda que acumulamos en años anteriores.
Así, entre enero y septiembre de 2008 las exportaciones alcanzaron los 145.624 millones, mientras que las importaciones llegaban a los 220.413 millones (casi 75.000 millones de desfase). Por el contrario, en los nueve primeros meses de este año, las cifras han sido 175.143 millones para las ventas y 186.150 para las compras. Es un déficit comercial de apenas 11.000 millones que sin contar los productos energéticos se convertiría en un superávit de 20.000 millones.
Todas estas cifras mantienen una tendencia positiva que comenzó allá por el año 2010. Sin embargo, hay un dato fundamental que sólo ha comenzado a repuntar en los últimos meses y que en septiembre ha vivido un espectacular repunte: las importaciones de bienes de equipo. Nos referimos a las compras que las empresas españolas hacen al exterior de maquinaria, equipos de oficina, material de transporte, motores,...
El 'brote verde'
En todo el año 2012, por ejemplo, este apartado cayó un 9,3% respecto al año anterior. Y eso que en 2011 ya se habían dejado un 2%. Esta caída era un muy mal presagio, incluso aunque se pudiera intuir que una parte del descenso en las importaciones se debía a un efecto sustitución (es decir, que se compraban máquinas españolas en lugar de máquinas extranjeras). En general, un descenso en la demanda de bienes de equipo apunta a un sector productivo que envejece, se hace menos competitivo y tiene pocas esperanzas de crecer en el futuro. Vamos, que se conforma con pasar con vida los malos momentos, sin pensar en una mejora real a medio plazo.
El primer trimestre del año comenzó con la misma tendencia, con una caída entre enero y marzo del 11,5%. La cosa comenzó a cambiar en el segundo trimestre y ahora parece consolidarse en el tercero. Tras la subida de septiembre (un 17,8% para 3.834 millones en total), en el acumulado del año se observa una caída de sólo el 0,9%, lo que quiere decir que casi se han recuperado las pérdidas de comienzo del ejercicio. Ahora falta por ver si se mantiene la tendencia. ¿Es éste el brote verde de verdad que podría apuntar a la recuperación real de la economía española?
El secretario de Estado ha destacado que el incremento de las exportaciones (del 15% en lo que va de año) y las importaciones de bienes de equipo demuestra que la economía española está "cada vez más integrada" en el proceso productivo. En su opinión, hay que valorar con "cautela" el dato de septiembre. Más que nada porque en este epígrafe hay grandes pedidos (por ejemplo, una empresa que abre una planta nueva) que pueden distorsionar las estadísticas mensuales. Pero incluso así, no hay duda de que estamos ante un buen dato, puesto que muchas de estas compras están asociadas a "componentes vinculados a sectores que están viendo un incremento en la producción", como el de la automoción. Si así fuera, podríamos estar ante un "componente adelantado de la consolidación de la actividad industrial".
No es descabellado que algo así esté ocurriendo. Por ejemplo, en el sector del automóvil, tanto las exportaciones como las importaciones están creciendo por encima del 25%. Y las cifras son buenas en lo que hace referencia a bienes terminados como a los componentes.