España va a dar a sus bancos un empujón de 28.000 millones de euros en su capital al permitirles transformar los llamados activos fiscales diferidos (DTAs) en créditos fiscales avalados por el Estado y que contarán como capital bajo las nuevas normas de Basilea III, según varias fuentes consultadas por Reuters. El Gobierno ultima un decreto que, en principio, será aprobado en breve para modificar el Reglamento del Impuesto de Sociedades, mejorando así el tratamiento de casi la mitad de los DTAs que acumula la banca (un total de 51.000 millones), informa Expansión.
La medida, que los analistas consideran clave para determinar si la banca española aprobará o suspenderá las pruebas de estrés europeas del año próximo, ya ha recibido el visto bueno del Banco Central Europeo y se hará oficial en noviembre. Bajo las normas internacionales de Basilea III, los DTAs no computarán como core capital desde enero de 2014, lo que reduciría un cómputo clave para la solvencia de los bancos españoles, rescatados algunos de ellos con fondos europeos.