Hace algo más de un año, Desiré López decidió tomar las riendas de su carrera profesional. Durante años se había dedicado a vender electrodomésticos en una tienda. La crisis la llevó, como a muchos otros españoles, a engrosar la lista del paro. Lejos de hundirse y ver este momento de su vida como una negra etapa decidió montar el negocio en el que llevaba pensando desde hace tiempo. Desiré descubrió, en uno de sus viajes a Barcelona, un establecimiento que se dedicaba a vender comida en tuppers -a precios muy económicos-, a trabajadores de oficinas que pasaban prácticamente todo el día en el trabajo.
Decidió entonces pedir todo el dinero que le correspondía de la prestación por desempleo, es decir, capitalizar el paro, y montar Hoy Como. Después de un año en marcha y con las dificultades que encuentra cada día, Desiré lo tiene claro: "Como si tengo que empeñar el gato o todo lo que hay en mi casa, lo voy a conseguir". Esta emprendedora cuenta su experiencia en una entrevista a Libre Mercado.
Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de Hoy Como?
Respuesta: Vi una tienda en Barcelona que vendía comida desde dos o tres euros para la gente que trabaja en oficinas. El precio que tenían era muy competitivo, pero no repartían la comida, se centraban en la gente que se dirigía al establecimiento. Pensé que algo así se podía montar en Madrid, pero me gustaba más el concepto de llevar esa comida hasta el cliente, hasta el puesto de trabajo. Para que fuese atractivo y conseguir ganar el pulso al menú del bar, el precio debía ser bajo.
De media, en Madrid, los precios de los menús están en 10 euros. Tenía que conseguir ofrecer los menús a seis euros y que la comida fuese sana y de mucha calidad.
¿Y, cómo se consigue esto?
Lo principal es tener buena cabeza y ajustar mucho los costes fijos. En cuanto a lo que tiene que ver directamente con el producto, lo principal es no desperdiciar la materia prima. Por eso, en Hoy Como los pedidos se hacen el día de antes y hasta las 14:00 horas. Así sabemos los menús exactos que damos cada día y ni tiramos productos ni tenemos que comprar cantidades de comida excesivas que pueden estropearse.
¿Qué inversión aproximada tuviste que hacer?
Empecé con la capitalización del paro, unos 12.000 euros. Este dinero sólo se puede utilizar en inmovilizado, pero no es suficiente. Nadie te ayuda, nadie te da crédito. En Deloitte me asesoraron en todo momento y me ayudaron a elaborar el plan de negocio, pero la financiación era escasa y los bancos no me concedían crédito. Acudí a Aval Madrid porque se supone que allí ayudan a los jóvenes emprendedores, pero no conseguí financiación.
Fue muy difícil. Finalmente, en el Banco Santander me ofrecieron una póliza de crédito pequeña para montar lo básico y empezar.
En época de crisis el fenómeno tupper se ha extendido, ¿qué acogida está teniendo Hoy Como?
Estamos creciendo muy rápido. Como el capital invertido no ha sido muy alto, no he querido gastar demasiado dinero en publicidad por lo que el boca a boca es lo que mejor ha funcionado. Si alguien de la oficina prueba la calidad de la comida, repite y, además, lo recomienda a sus compañeros. Es un producto de crisis, comes por 6 euros con dos platos muy abundantes. De hecho, muchos clientes nos cuentan que comen y cenan, ¡por 6 euros! Comen por la mañana el primer plato y el segundo lo guardan para la noche.
¿Cuántos trabajadores tienes por el momento?
-Cuatro. Dos cocineros y dos repartidores. Esta parte es la más difícil. Cuando trabajas para otro tienes la seguridad de que vas a tener un sueldo todos los meses. Sin embargo, cuando tienes una empresa, tus trabajadores cobran primero, luego todos los gastos, y luego ya vas tú. Cuando montas un negocio el primer año es difícil. Yo todavía no he cobrado ni un mes.
¿Piensas en el pasado, en cómo era tu vida cuando tenías un trabajo fijo y un sueldo todos los meses?
Antes tenía la tranquilidad de que iba a cobrar un sueldo todos los meses, pero no tenía ninguna expectativa de futuro de ganar más de 1.000 euros al mes. En mi trabajo no había perspectivas de ascender y yo no tengo estudios superiores, por lo que era más difícil. Lo que sí que tenía era ganas de mejorar e inquietudes.
Ahora no vivo tranquila porque tengo que pagar nóminas, gastos... Pero no tengo techo, la proyección que tengo con Hoy Como es hacia arriba, a mejor y eso me anima a dar de mí el 100% cada día.
Al final, después de todo el día dedicado en cuerpo y mente a tu negocio, a tu 'niño', te compensa porque no vas a estar estancada en un puesto de mileurista toda la vida.
¿Cuál es el mejor que recuerdas de esta experiencia?
Buenos momentos, muchos. Lo principal: saber que al cliente le gusta tu comida, que te pone comentarios en la web, que recomienda Hoy Como entre sus compañeros y al día siguiente tienes cuatro pedidos más, y al siguiente diez... Todo eso es muy gratificante.