El presidente de EEUU, Barack Obama, y líderes republicanos de la Cámara de Representantes sostuvieron un encuentro "útil" para destrabar la negociación sobre el aumento del techo de la deuda, sin alcanzar aún un acuerdo para resolver el cierre parcial de la Administración.
Por primera vez desde el inicio de la parálisis del Gobierno, hace diez días, tanto la Casa Blanca como líderes de la oposición parecieron avanzar hacia una negociación presupuestaria que permita elevar el techo de la deuda, siete días antes de que se alcance ese límite, y reabrir la burocracia federal.
La bancada republicana, que ha sufrido una caída en las encuestas a raíz de la parálisis, ofreció un plan que extiende por seis semanas el techo de la deuda nacional, en una especie de concesión encaminada a permitir una negociación presupuestaria amplia.
Obama se reunió primero con los demócratas en el Senado y después con una veintena de negociadores republicanos de la Cámara Baja, con miras a lograr una tregua. "Tras una discusión sobre posibles caminos hacia adelante, no se tomó una determinación específica. El presidente espera seguir haciendo un progreso continuo con miembros de ambos partidos", dijo la Casa Blanca en un comunicado, al término de la reunión con los republicanos de aproximadamente hora y media.
"La meta del presidente sigue siendo asegurar que pagamos las facturas en las que hemos incurrido, reabrir el Gobierno y regresar al asunto del crecimiento de la economía, la creación de empleos y el fortalecimiento de la clase media", puntualizó la nota.
La reunión con los republicanos incluyó al vicepresidente Joe Biden, el secretario del Tesoro, Jack Lew, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, y su "número dos", Rob Nabors.
Sin acuerdo... pero "útil"
El presidente de la Cámara Baja, John Boehner, no hizo comentario alguno al salir de esa reunión, lo que generó especulaciones sobre el fracaso de los contactos. Sin embargo, el líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja, Eric Cantor, dijo que la reunión fue "útil" y ambas partes acordaron "continuar las discusiones".
"Continuaremos esta noche y esperamos tener una vía más clara hacia adelante", dijo Cantor, republicano por Virginia. "Tendremos más discusiones y el presidente (Obama) dijo que él hablará con gente de su Administración, y esperamos poder ver un camino hacia adelante", aseguró Cantor.
A manera de resumen, la oficina de Boehner dijo que durante la reunión, los republicanos presentaron su propuesta, designaron a los negociadores de un plan presupuestario, comenzaron las discusiones para la reapertura del Gobierno y acordaron continuar el diálogo.
"No se tomaron decisiones definitivas; sin embargo, fue una conversación útil y productiva... los republicanos de la Cámara Baja siguen comprometidos con las negociaciones de buena fe con el presidente, y nos complace que hubo oportunidad de iniciar un diálogo constructivo", dijo la nota.
Horas antes, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó al salir de la reunión con Obama que no habrá acuerdo presupuestario más amplio, como exigen los republicanos, a menos que éstos tomen medidas para reabrir el Gobierno.
Elevar el techo de deuda
El plan de Boehner depende de que Obama acepte negociar un acuerdo presupuestario a largo plazo, y no resuelve el cierre parcial del Gobierno que ya lleva diez días. El diario The New York Times indicó que Obama "rechazó" la oferta republicana pero ni los republicanos ni la Casa Blanca confirmaron ese dato.
Por su parte, los republicanos del Senado, que mañana se reunirán con Obama, promueven su propio plan para reabrir el gobierno y aumentar el techo de la deuda por hasta tres meses.
El punto muerto en las negociaciones se debe en parte a que muchos republicanos insisten en condicionar la reapertura del Gobierno a mayores recortes fiscales, mientras que la Casa Blanca ha dejado en claro que Obama "no pagará un rescate" a cambio de que el Congreso cumpla con su labor de aprobar un presupuesto y elevar el techo de la deuda.
En paralelo al vaivén de negociaciones, los demócratas han lanzado una campaña publicitaria en las redes sociales en la que culpan a líderes republicanos como los senadores Ted Cruz y Marco Rubio por el cierre parcial del Gobierno, que desde hace diez días afecta a unos 800.000 empleados públicos.