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¿Funciona la ayuda humanitaria a Siria?

La efectividad de este tipo de partidas está siendo más que dudosa.

La efectividad de este tipo de partidas está siendo más que dudosa.
Refugiados sirios en el Líbano | Cordon Press

Entre 2011 y 2012, la Comisión Europea desarrolló una serie de aportes presupuestarios para el conflicto sirio valorados en 100 millones de euros. A comienzos de 2013, las instituciones de Bruselas anunciaron un nuevo capítulo de gasto para esta partida, esta vez valorado en otros 100 millones. En total, analizando el periodo comprendido entre 2011 y comienzos de 2013, los contribuyentes europeos habrían aportado unos 200 millones de euros para estas acciones en Siria.

No obstante, la escalada de conflictividad vivida en Siria durante el presente año ha disparado significativamente los compromisos de gasto asumidos por la Unión Europea para esta cuestión. En junio de 2013, sin ir más lejos, la Comisión Europea se comprometió a añadir otra partida de 400 millones de euros.

No obstante, si sumamos otras partidas de gasto encontramos que la Unión Europea habría comprometido ya más de 840 millones de euros para este conflicto. Así lo señaló en el mes de junio el propio Presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso. Estas partidas de gasto se ejecutan a través de ONGs, agencias de la ONU, etc.

Pero la Unión Europea no está sola en este tipo de desembolsos. Estados Unidos ha gastado ya más de 750 millones de euros ($1.000 millones de dólares) en apoyar diferentes acciones en Siria. Por su parte, la ONU ha pedido a sus países miembros que aporten más de 4.400 millones de dólares para "prestar asistencia humanitaria en Siria".

La ayuda a los refugiados

Aunque buena parte de los fondos que se entregan a Siria están destinados al apoyo a los campos de refugiados, basta con viajar a la frontera con Jordania o Líbano para comprobar que la efectividad de estas partidas es más que dudosa.

Podemos tomar como referencia el campamento de Za’atari, quizá el más importante punto de acogida del conflicto. Allí conviven unos 130.000 desplazados sirios. Pues bien, a pesar de los cientos de millones comprometidos por la comunidad internacional para evitar una crisis humanitaria, los informes de la ONU subrayan que los refugiados se enfrentan a "una ciudad sin ley con redes criminales organizadas".

Refiriéndose a la ayuda humanitaria que llega al campo de refugiados, la agencia de la ONU encargada de esta cuestión (UNHCR) destaca que "los recursos son robados o vandalizados constantemente". La situación tampoco es mejor en la frontera con Iraq, donde los miles de millones comprometidos en apoyo a los refugiados no parecen haber conseguido desarrollar un campo de acogida en condiciones. Según UNHCR, "no hay estrategia para gestionar la situación, y de hecho hay problemas por las diferentes visiones que tienen la ONU y las ONGs al respecto".

En estos campos de refugiados, la ONU ha detectado que los grupos armados de los rebeldes sirios reclutan a refugiados para los enfrentamientos armados con el régimen de Al Assad. Según fuentes consultadas por Reuters, "se están produciendo crímenes de guerra, como la toma de menores de edad para el combate".

Apoyo de la UE antes del conflicto

Un estudio de Rory Broomfield sobre los compromisos de política exterior de la Unión Europea en la década previa al conflicto sirio revela que las instituciones de Bruselas han aprobado hasta 1.170 millones de euros en diferentes programas de "ayuda al desarrollo". Buena parte de estos fondos se entregan directamente a las autoridades del país receptor, en este caso, al régimen de Al Assad.

Esta financiación al régimen sirio viene de lejos: en 1977, el país firmó un acuerdo de cooperación con las instituciones de Bruselas. Más recientemente, fondos europeos de proyectos como el Proceso de Barcelona han sido canalizados directamente hacia diferentes programas en Siria.

¿Cómo se han canalizado estas ayudas? De 1995 a 1999, el programa MEDA supuso un desembolso cercano a los 100 millones; de 2000 a 2006, las ayudas se entregaron dentro del programa MEDA II hasta alcanzar cerca de 200 millones; a partir del año 2000, el Banco Europeo de Inversiones aportó más de 925 millones de euros en préstamos "blandos" a Siria.

Si analizamos el periodo 2007-2010, encontramos compromisos por valor de 130 millones de euros. De dicha cifra, el 23% se dedicó a "apoyar la reforma política y administrativa", el 46% se comprometió a "apoyar la reforma económica", el 23% se fue a "promover la reforma social" y el 8% se dedicó a subsidiar los tipos de interés que paga para su financiación el Estado sirio.

Malos resultados en Egipto y Libia

Economistas como Chris Coyne han subrayado que la efectividad de estas partidas de gasto es cuestionable. En su libro Doing bad by doing good (cuyo título podría ser traducido como Cuando el altruismo hace daño), Coyne evalúa la operación en Libia, precedente de la posible intervención en Siria. ¿Cuáles son sus conclusiones? Coyne destaca que "la situación geopolítica de Libia sigue siendo precaria, la inestabilidad regional ha aumentado, el conflicto ha salpicado a países vecinos como Mali...".

Informes del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea también hacen una valoración crítica del rol de la "ayuda" entregada a Egipto. El organismo auditor, que ha centrado su análisis en el periodo 2007-2013, ha destacado que, a pesar de haber gastado 1.000 millones de euros, la UE ha fracasado a la hora de conseguir resultados.

Karel Pinxten, encargada del informe, subraya que más del 60% del gasto comprometido para Egipto fue a parar a manos de las diferentes autoridades egipcias, que solamente usaron esos fondos para aumentar el gasto público. Además, el 40% restante se comprometió en proyectos acordados con las administraciones egipcias, por lo que la transferencia de fondos fue mediada al 100% por las autoridades del país, directa o indirectamente.

Pinxten ha destacado que no se consiguió frenar el autoritarismo ni la corrupción, como tampoco se consiguieron mejoras en el respeto a los derechos humanos. Además, la evaluación del programa determinó que la violencia fue a más, especialmente contra las minorías cristianas.

La situación también es llamativa en el caso de Estados Unidos, que ha aportado a Egipcio más de 23.400 millones de euros desde 1948. Estas diferentes partidas de "ayuda al desarrollo" incluían compromisos de asistencia humanitaria, así como programas de democratización y desarrollo que no han conseguido buenos resultados.

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