Hollande financiará las pensiones con una subida de las cotizaciones

El Gobierno francés anunció este martes que planea financiar la reforma del sistema de pensiones con un alza de las cotizaciones patronales y salariales, y garantizó que no contempla ni aumentar la edad de jubilación ni cambiar el cálculo de cotización, al menos hasta 2020.

Tras dos días de concertación con las centrales patronales y sindicales, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, detalló los principales puntos de ese proyecto, uno de los más espinosos del quinquenio de François Hollande, que será presentado en consejo de ministros el próximo 18 de septiembre.

Se calcula que el sistema de pensiones francés registrará un déficit de 21.000 millones de euros para 2020, y que si no se restablece el equilibrio, llegará a los 27.000 millones en el año 2035.

"Quiero tranquilizar a todas las personas que vayan a jubilarse de aquí a 2020. El Gobierno no propone un cambio de reglas. Una nueva ampliación de la edad de jubilación o una aceleración del aumento de la duración de las cotizaciones solo aportaría un ahorro modesto", dijo hoy Ayrault, consciente de las reticencias.

Para garantizar el equilibrio del sistema hasta esa fecha, el Ejecutivo ha apostado por un alza de esas cotizaciones sociales, "de manera leve y progresiva", que afectará a todos los regímenes, incluidos el de los funcionarios y el de los autónomos.

El comunicado difundido por el Ejecutivo precisa que se aumentará 0,15 puntos en 2014 y luego 0,05 cada uno de los años siguientes hasta 2017, fecha en que el alza se limitará a 0,3 puntos.

El Gobierno se niega a aumentar la Contribución Social Generalizada (CSG), porque "afectaría al conjunto de hogares", y considera igualmente que está "fuera de cuestión" recalcular o bajar las pensiones.

Entre 2020 y 2035, en cambio, se aumentará la duración de las cotizaciones, a un ritmo de un trimestre cada tres años, de forma por ejemplo que la generación nacida en 1973 deberá haber cotizado 43 años para recibir la pensión completa, frente a los actuales 41,5 años para los nacidos en 1956.

El Ejecutivo socialista confía en que se pueda frenar el aumento en los 43 años, "porque a partir de 2035 la demografía permitirá equilibrar los regímenes de jubilación".

El Ejecutivo, que prevé medidas adicionales de favor para los colectivos más castigados, como las mujeres o quienes se hayan dedicado a trabajos más duros, se congratula de que la reforma sea, en su opinión, "responsable, justa, equilibrada y estructural".

El consenso buscado con las centrales sindicales y patronales, no obstante, no ha llegado a tal puerto, y la Confederación General de Trabajadores (CGT), que cree que no se han escuchado sus propuestas, asegura que, "ahora más que nunca", es necesaria la manifestación del próximo 10 de septiembre en contra de ese proyecto de ley.