Los locales de ocio nocturno han decidido llevar a cabo medidas de protesta por la subida del IVA decretado por el gobierno el pasado mes de septiembre, a causa de los graves perjuicios que ello está acarreando a todo el sector. En consecuencia, las asociaciones que agrupan a las empresas de este ámbito concreto de la hostelería han decidido lanzar la campaña "Salvemos la Noche", con paros puntuales en la atención a público, para mostrar su oposición a esta subida impositiva que, aseguran, pone en grave riesgo la subsistencia de festivales, discotecas y negocios similares.
Cualquier subida de impuestos a las empresas supone un grave perjuicio que, irremediablemente, acaba traduciéndose en una pérdida proporcional de puestos de trabajo. Cuando, además, las condiciones del mercado son tan críticas como las que lleva viviendo la economía española desde hace ya varios años, un aumento de la presión fiscal provoca finalmente la desaparición muchos negocios ante la imposibilidad de sus titulares de seguir manteniendo la actividad.
Pero esto es así no sólo para los locales de ocio nocturno, por más que su importancia en la oferta hostelera que España ofrece al turismo sea destacada, muy especialmente en los meses de verano. Cualquier empresa, sea cual sea su actividad, ve amenazada su supervivencia cuando la exacción fiscal del Gobierno supera unos límites razonables, algo que el actual Ejecutivo ha llevado a la práctica con particular saña como es bien sabido. La impopularidad de los recortes presupuestarios, única alternativa a las subidas de impuestos cuando las finanzas estatales están en números rojos, hace que los gobiernos se decanten por gravar a los agentes económicos ante la pasividad de la mayoría de los sectores productivos, que sólo levantan la voz cuando son ellos los directamente afectados por una medida concreta de estas características.
Los empresarios de ocio nocturno, y sus clientes habituales que seguramente van a solidarizarse con los ellos por esta medida ciertamente abusiva de pasar el IVA de algunos servicios del 10 al 21%, harán bien en reflexionar acerca de la necesidad de poner en marcha un vasto programa de recortes del gasto público huyendo de la demagogia con que habitualmente es tratada esta cuestión por la clase política.
O recortes de gastos o subidas de impuestos. Hay que elegir, y no sólo cuando una decisión concreta del gobierno nos afecta de forma directa.