El mercado laboral español no está sobrado, precisamente, de buenas noticias. Los datos de los últimos meses, tanto de paro registrado como de la EPA del segundo trimestre, han sido acogidos con un moderado optimismo. Con más de seis millones de parados, cualquier descenso es positivo.
Sin embargo, la Encuesta de Población Activa conocida este jueves, tiene otra cara menos alegre. Sí, el paro ha bajado en 225.000 personas entre abril y junio. Pero no ha sido sólo porque se haya generado una fuerte creación de empleo. Sí, hay 149.000 ocupados más. Pero también hay 76.000 activos menos. Y esta tendencia no es exclusiva de estos meses. Desde hace un año, el mercado laboral español está perdiendo unidades.
Activos, ocupado y parados
Según el último censo del INE, España tiene una población de 46,7 millones de habitantes, de los que 38,2 millones tiene más de 16 años. Con ésta última cifra hace la EPA sus cálculos, porque se supone que son las que podrían formar parte del mercado laboral.
Pues bien, de estos 38,2 millones, sólo 22,7 millones forman parte de la "población activa". Todos estos son parados u ocupados: personas que o bien tienen trabajo o bien quieren trabajar y están buscando un empleo. El resto son estudiantes, jubilados, amas de casa, etc…, ciudadanos que no tienen empleo pero tampoco lo buscan.
Esto es importante porque el paro es la diferencia entre la población activa y el número de ocupados. Por ejemplo: si tenemos 20 millones de activos y 16 millones de ocupados, entonces el paro es de 4 millones. Para reducir esta cifra, la lógica dice que hay que subir el número de ocupados. Pero hay otra forma de bajar el paro: que haya menos activos.
Pero claro, no es lo mismo tener 19 millones de activos y 16 millones de ocupados, que 20 millones de activos y 17 millones de ocupados. En ambos casos, el paro ha caído a 3 millones de personas. Pero para la situación del país las consecuencias son muy distintas.
La ‘cara mala’ de la EPA
En este sentido, hay que decir que España tiene un problema muy grave con las tasas de actividad. Y se está agravando. Es la cara mala de esta última EPA. Por ejemplo, en el último año, el número de ocupados ha caído en 633.000 personas. Pero sólo 284.000 han engrosado las cifras del paro. Hay 349.000 personas que simplemente han dejado el mercado laboral. Han dejado de estar activos.
¿Qué ha pasado? Pues hay muchas explicaciones. Para empezar, de acuerdo a las cuentas del INE, la población mayor de 16 años ha caído en 241.000 personas, entre otras cosas porque mucha gente está saliendo del país. Algunos de ellos probablemente querrían quedarse, pero han decidido analizar alternativas en el exterior tras años de búsqueda infructuosa.
Pero además, hay más de 100.000 personas que han pasado de activos a inactivos. Son desde parados desesperados que dejan de buscar, hasta personas que vuelven a retomar los estudios, esperando a que escampe. También es probable que el relevo generacional sea menor que otros años. Es decir, que jóvenes que en otras circunstancias se habrían unido al mercado laboral, ahora prefieren alargar su formación. Y no hay que olvidar, tampoco, que cada año crece el número de jubilados.
Estos datos son especialmente significativos en el segundo trimestre, el más fuerte para la contratación turística, en el que el número de activos ha caído en 76.000 personas. Normalmente hay mucha gente que se pone a buscar trabajo sólo para la campaña veraniega. Pues bien, parece claro que este año, estos temporeros son menos que en ejercicios anteriores.
Activos y ocupados en el II Trimestre (en miles)
¿13,9 millones es suficiente?
Como puede verse en esta tabla, España tiene una de las tasas de actividad más bajas de Europa. En Eurostat, toman a la población de entre 20 y 64 años, por lo que sus cifras pueden variar ligeramente respecto a las del INE, pero sirven perfectamente para compararnos con el resto del Viejo Continente.
Así, mientras que el 82% de los suizos en estas edades está trabajando, en España la cifra es del 59,3%. Sólo Grecia, con un 55,3% están peor. Y la mayoría de los países más prósperos están tranquilamente por encima del 70%: Dinamarca (75,3%), Holanda (77,2%), Austria (75,6%),…
El caso es que hace unos años, en 2007, España estaba cerca de ese límite mágico, con un 69,5%. Pero la crisis ha hundido esta ratio. En parte esto se refleja en la cifra del paro, pero también en la caída de la población activa. Es decir, no sólo estamos mandando millones al desempleo, sino que además expulsamos a otros cientos de miles del mercado laboral.
La pregunta que surge es si son suficientes estas cifras de empleo para mantener un país avanzado, cuyas prestaciones sociales, infraestructuras o pensiones se pagan con impuestos. ¿Es posible conseguirlo con menos de un 60% de la población útil trabajando? Las cifras son las siguientes:
- 46,7 millones de habitantes
- 22,7 millones de activos
- 16,7 millones de ocupados
- 13,9 millones de ocupados en el sector privado
Es decir, menos de 14 millones de personas están trabajando (bien como empleados, como empleadores o en autoempleo) en el sector productivo de la economía. Y alcanzan los 16,7 millones si sumamos al empleo público.
Además, hay otra cifra también preocupante. Los ocupados a tiempo completo han caído incluso más, en 787.400 personas, en el último año. A cambio, hay 153.900 ocupados más a tiempo parcial. Muchos de estos trabajadores probablemente querrían un contrato de ocho horas, pero no pueden acceder al mismo. Eso sí, no todo es negativo en este dato. Desde la última reforma laboral, muchas empresas han optado por reducir jornada como sustituto del despido. Es imposible saber cuánto pesa este efecto en esta cifra. Pero en cualquier caso, que lo que más crezca sea el empleo a tiempo parcial no es, con estos datos de paro, una buena noticia.