El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha anunciado este miércoles que el Gobierno se reserva el derecho a recurrir ante el Tribunal Europeo de Justicia la decisión de la Comisión Europea de exigir la devolución de las ayudas recibidas por el sector naval entre 2007 y 2011.
En declaraciones en los pasillos del Senado, Soria ha reconocido que la decisión de la Comisión Europea es mejor que la anunciada inicialmente, aunque aún está por aclararse el alcance en términos cuantitativos sobre la cantidad a devolver, siempre por parte de los inversores -ha recalcado- y nunca por parte de los astilleros, armadores o quienes han sido intermediarios financieros.
En cuanto a la cuantía que podría estar en liza, fuentes del Ministerio de Hacienda no adelantaron ningún importe, dado que, según indicaron, los criterios para el cálculo de las ayudas declaradas por la Comisión ilegales son complejos, por lo que es preciso estudiarlos y analizarlos previamente con Bruselas.
El titular del Ministerio, Cristóbal Montoro, también ha hablado en el Senado después de que la Comisión haya dejado en el tejado del Gobierno el modo de devolución de las ayudas. El ministro ha indicado que ahora toca "evaluar exactamente en qué consisten esas ayudas pendientes". "La posición del Gobierno es la de reservarnos el derecho a las reclamaciones y recursos si estimamos que esas ayudas son elevadas y perjudican el futuro de los astilleros".
La decisión de la Comisión Europea
La decisión final de la Comisión se ha adoptado después de que el comisario de Industria, Antonio Tajani, levantara su reserva, según han informado a Europa Press fuentes comunitarias. Tajani ha sido el principal aliado del Gobierno español en este expediente y reclamó hasta el último momento que sólo se devolvieran las ayudas posteriores a 2009.
La presión ha suavizado la propuesta inicial del vicepresidente y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, que exigía la devolución de las ayudas desde 2005, pero queda lejos de las aspiraciones de España. El ministro de Industria, José Manuel Soria, pidió la semana pasada limitar el reembolso a las bonificaciones concedidas después de 2011, fecha en que Bruselas empezó a investigar el sistema español. Los astilleros ya han dicho que la decisión pone en riesgo 87.000 puestos de trabajo y condena al sector a desaparecer.
La Comisión no ha desvelado la cifra total de ayudas que deben reembolsarse. El ministro de Industria, José Manuel Soria, dijo la semana pasada que las subvenciones a recuperar superarían los 2.000 millones de euros, aunque en aquel momento todavía se hablaba de 2005. Bruselas dice que corresponde a las autoridades españolas calcular el importe a devolver. Eso sí, en virtud de la decisión de Bruselas, los beneficiarios de la bonificaciones "no pueden repercutir su obligación de reembolso sobre terceros (como los propios astilleros), incluso mediante la aplicación de contratos existentes".
El Ejecutivo comunitario considera que el régimen de ayudas español -que se puso en marcha en 2002 y nunca se notificó a Bruselas- vulnera las normas de la UE sobre ayudas públicas porque concedió una "ventaja selectiva" a sus beneficiarios respecto a los rivales. Atendiendo al "principio de seguridad jurídica", la Comisión ha decidido no pedir el reembolso de las ayudas concedidas entre 2002 y abril de 2007, fecha en la cual Bruselas ha declarado públicamente ilegal un sistema francés similar al español.