La Comisión Europea (CE) propuso este miércoles crear una autoridad y un fondo únicos para liquidar los bancos en dificultades, con el objetivo de coordinar directamente desde Bruselas los procesos de bancarrota y evitar que se tenga que recurrir a dinero público.
El proyecto de reglamento, que cubre a los 6.000 bancos de la zona del euro y los de aquellos otros países europeos que deseen unirse al sistema, establece un papel preeminente para la CE, que tendrá la última palabra a la hora de decidir si hay que dejar caer una entidad o no.
El mecanismo único será "la piedra angular de la unión bancaria" en la zona del euro, dijo el comisario europeo de Mercado Interior, Michael Barnier, durante la presentación de la propuesta.
Éste estará compuesto por los organismos responsables de la resolución bancaria de cada uno de los diecisiete países de la zona del euro y de los otros Estados miembros que se acojan al sistema, y por representantes de la CE y el Banco Central Europeo (BCE).
La autoridad se encargará de aplicar las futuras normas de reestructuración y liquidación bancaria europeas, que recomendará cuándo y cómo liquidar un banco en concreto, pero que no podrá tomar la decisión final de llevar a cabo esta operación, una responsabilidad que recaerá en el Ejecutivo comunitario.
Por su parte, el fondo único de liquidación bancaria será una "caja única" que integrará los fondos de liquidación bancaria que hasta ahora solo existen en algunos países, como España y Alemania, y estará dotado de unos 55.000 millones de euros aportados íntegramente por el sector privado.
La banca deberá ir transfiriendo año a año 5.500 millones de euros, hasta alcanzar el monto total en 2025.
Alemania se opone
La propuesta deberá ser ahora estudiada y debatida por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, institución que representa a los Veintiocho, en un proceso que se anuncia complejo.
La creación de una autoridad de liquidación bancaria única supondría un paso más en el proceso de la creación de una unión bancaria en la zona del euro, tras el acuerdo para poner en marcha un supervisor bancario único.
Este "segundo pilar" complementa la directiva de reestructuración y liquidación bancaria acordada recientemente por los Estados miembros, que ahora se encuentra en negociación con el Parlamento Europeo, y que detalla el proceso que deberá llevarse a cabo en el caso de bancarrotas bancarias.