El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tardado apenas unas horas en desmontar las previsiones del Banco de España que este martes pronosticaba un crecimiento positivo de la economía española "en los próximos meses". El FMI cree que la economía no crecerá en 2014 y registrará un crecimiento nulo, según recoge la actualización de julio de su informe Perspectivas Económicas Globales, que empeora en siete décimas la previsión publicada en el mes de abril, que esperaba un crecimiento del 0,7% para el próximo año.
"Cuando en 2014 se implementen las medidas de ajuste será difícil evitar que lastren la economía", explicó Thomas Helbling, responsable de la división de Estudios del FMI, quien añadió que los pronósticos de abril no incorporaban el impacto de las medidas de consolidación que fueron anunciadas por el Ejecutivo español para reducir el déficit presupuestario.
"Se tomaron medidas fiscales para reducir el déficit y eso es lo que explica esta reducción", precisó Helbling. No obstante, el representante del FMI destacó la mejora de la competitividad y de las exportaciones registrada en la periferia del euro, así como del crecimiento subyacente de la economía española.
"Si observamos el crecimiento subyacente apreciamos alguna mejora respecto a abril y también ha mejorado la competitividad en la periferia del la zona euro y las exportaciones crecieron en España", dijo Helbling al apuntar que esta mejoría compensa en parte el impacto negativo de los ajustes anunciados.
La fuerte revisión a la baja del dato de 2014 por parte del FMI contrasta también con la opinión positiva del Gobierno sobre la situación de la economía española en los próximos meses. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez-Latorre, ha afirmado este martes que "lo peor de la crisis ya ha pasado" y ha augurado, al igual que el gobernador del Banco de España Luis María Linde, que en el tercer trimestre del año el crecimiento de la economía estará cerca del cero o "incluso en positivo".
La caída histórica del número de desempleados en junio (85.033 personas entre enero y junio) junto a la relativa calma de los mercados financieros en los últimos meses ha llevado al Gobierno de Mariano Rajoy a lanzar mensajes cada vez más positivos sobre la evolución de la economía española. Sin embargo, el FMI considera que la economía española se contraerá un 1,6% este año y seguirá cayendo durante todo el 2014.
Revisa a la baja la economía de la eurozona
En esta línea, el FMI también ha revisado, en general, a la baja la previsión de crecimiento de la eurozona y de los principales países miembros. Así, ha recortado en dos décimas su estimación para la eurozona en 2013, hasta el -0,6%, y en una décima la de 2014, hasta el 0,9%.
El Fondo explica que la mayor debilidad de la economía de la eurozona obedece a una recesión más profunda de lo previsto, a una baja demanda, a una deprimida confianza y a unas cuentas "débiles" que agravan los efectos en el crecimiento y el impacto de las limitadas condiciones fiscales y financieras. Además, apunta también al retraso esperado en la implementación de políticas claves y a los efectos de una recuperación más tardía.
En concreto, cree que Alemania crecerá tres décimas este año y un 1,4% el próximo, tres y una décima menos de lo que preveía en abril, respectivamente. Para Francia, espera que la economía se contraiga dos décimas en 2013, una más de lo previsto en abril, mientras que ha dejado sin cambios la previsión para el próximo año en el 0,8%.
En el caso de Italia, ha empeorado en tres décimas su estimación para este año, hasta el -1,8%, pero, por el contrario, ha mejorado en dos décimas su previsión para 2014, ya que ahora prevé un incremento del PIB del 0,7%.
Rebaja dos décimas la economía global
Por otro lado, el informe del FMI, titulado Dolores de crecimiento, también ha revisado a la baja en dos décimas su previsión de crecimiento de la economía global, hasta el 3,1% en 2013 y el 3,8% en 2014, debido en gran medida a una demanda doméstica "claramente más débil" y un menor crecimiento en economías claves emergentes, así como a una recesión más prolongada en la eurozona.
En esta línea, subraya que todavía persisten los riesgos a la baja sobre el crecimiento, ya que a los que existían se han sumado otros nuevos, como la posibilidad de una mayor ralentización del crecimiento en las economías emergentes, una desaceleración del crédito y unas condiciones financieras más estrictas si el fin de los estímulos monetarios en Estados Unidos provoca cambios en los flujos de capital.
El Fondo ha recortado en tres décimas su previsión de crecimiento para las economías emergentes y en desarrollo tanto para 2013 como para 2014, hasta el 5% y el 5,4%, respectivamente. Por su parte, las economías avanzadas crecerán un 1,2% este año y un 2,1% el próximo, una y dos décimas menos, respectivamente, en comparación con lo recogido en el mes de abril.
En concreto, ha reducido en dos décimas sus estimaciones para Estados Unidos, hasta el 1,7% en 2013 y el 2,7% en 2014. Por el contrario, ha revisado cinco décimas al alza la previsión para este año de Japón, hasta el 2%, aunque ha recortado en tres décimas la de 2014, hasta el 1,2%.
Aumentar los esfuerzos
Por otro lado, la institución dirigida por Christine Lagarde señala que las perspectivas más débiles y los nuevos riesgos representan nuevos desafíos para el crecimiento, el empleo y el reequilibrio global. "Los políticos de todo el mundo tienen que aumentar los esfuerzos para garantizar un crecimiento robusto", reclama.
Así, considera que las principales economías avanzadas deben mantener una política macroeconómica que apoye el crecimiento a corto plazo, al mismo tiempo que se desarrollan planes "creíbles" para alcanzar la sostenibilidad de la deuda en el medio plazo y reformas para restaurar los balances y los canales de crédito.
En su opinión, con una baja inflación y una débil economía, los estímulos de política monetaria deberían continuar hasta que la recuperación este bien afianzada. Así, añade que los posibles efectos adversos de esta situación deben ser contenidos con políticas reguladoras y macroprudenciales, y pide una "clara comunicación" del fin de la política acomodaticia para ayudar a reducir la volatilidad.
En esta línea, también reclama "mayores progresos" en la reestructuración y la reforma del sector financiero para recapitalizar y reestructurar los balances de los bancos y mejorar la transmisión de la política monetaria.
En el caso de la eurozona, considera que una revisión de los activos bancarios debería identificar cuales son problemáticos y cuantificar las necesidades de capital, todo ello apoyado por la recapitalización directa por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) cuando sea apropiado.
Asimismo, reclama a los europeos que avancen hacia una unión bancaria completa, con un mecanismo único de resolución, y advierte de que son "cruciales" para aumentar el crecimiento y el empleo políticas para reducir la fragmentación financiera, apoyar la demanda y reformar los mercados laborales y de productos.