Como era de esperar, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a mantener este jueves, y por segundo mes consecutivo, los tipos de interés del euro en el mínimo histórico del 0,5%.
Pero ha sido en la rueda de prensa posterior al consejo cuando Mario Draghi se ha saltado el guión y ha anunciado que los tipos de interés de la Eurozona "se mantendrán en el nivel actual del 0,5%, o por debajo, durante un periodo prolongado".
No es nada habitual que el máximo responsable del BCE haga este tipo de anuncios a largo plazo. De hecho, los periodistas que seguían la rueda de prensa le han recordado que es la primera vez en la historia de la institución que se hace algo así. Por eso, han querido que Draghi especificara a qué se refería con la expresión "un tiempo prolongado". Y su respuesta ha sido: "No se trata ni de 6 meses, ni de 12 meses. La política monetaria será expansiva el tiempo que sea necesario".
Esta decisión, según ha explicado Draghi, se ha tomado "de forma unánime" en el Consejo de Gobierno. Los expertos preveían que el presidente del BCE intentaría tranquilizar a los mercados para frenar la volatilidad provocada en las últimas semanas por las decisiones de los principales bancos centrales del mundo. Pero ha ido un paso más allá de lo esperado.
Hay que recordar, que el pasado mes la Fed adelantó sus intenciones de comenzar a reducir su programa de compra de deuda a finales de este año si las condiciones lo permiten. Ahora, las políticas de Draghi se alejan de la postura de la entidad presidida por Bernanke y toman la dirección contraria. La bajada de tipos "dependerá de los indicadores de inflación, de crecimiento económico y la dinámica monetaria", ha dicho. "Estamos actuando dentro de la jurisdicción de la zona euro. No reaccionamos a los comunicados de ningún banco central, sino a lo que vemos", defendió el italiano.
Los anuncios sorprendentes no se han quedado en lo que tiene que ver con los tipos de interés oficiales. Draghi también ha avanzado que se puede modificar la tasa de interés de depósito de los bancos comerciales en el BCE, por la que remunera el dinero y que actualmente está en el 0%. Esta decisión podría ser revolucionaria, puesto que implicaría situar esta tasa en terreno negativo. La idea sería presionar a las entidades para que abran el grifo del crédito. Draghi dijo que el BCE está preparado técnicamente para llevar a cabo esta medida tras hacer hincapié en que la previsión de que "las tasas de interés rectoras se mantengan en el nivel actual o más bajo durante un periodo de tiempo amplio" incluye todas las tasas.
Inflación y crecimiento
La reacción de los mercados a las palabras de Draghi ha sido fulminante tanto en el mercado de renta variable como en el de deuda soberana. Las bolsas europeas, que durante la mañana ensayaban un modesto rebote tras las pérdidas de la víspera, experimentaban alzas de más del 2,5 %, que en la bolsa de Lisboa superaban el 3 %.
Por su parte, las primas de riesgo de los países periféricos de la zona del euro caían, la de España hasta 303 puntos básicos, a 277 la de Italia, y a 575 la de Portugal, país del que Draghi ha indicado que ha obtenido "resultados notables" tras abordar reformas "dolorosas", una labor del Gobierno luso "que es preciso reconocer".
El problema es que, a pesar de toda esta euforia, surgen las dudas acerca de las consecuencias que podría tener esta política monetaria en la estabilidad financiera de la Eurozona a medio plazo, especialmente en lo que hace referencia a la inflación. En este sentido, el italiano ha asegurado que sigue teniendo presente que el objetivo de la institución es mantener la estabilidad de precios a medio plazo. Para ello, ha explicado, la marcha de la economía "es fundamental", y el organismo sabe perfectamente que el crecimiento depende de la estabilidad de precios, son dos variables paralelas que juntas conforman la "política económica que estamos construyendo".
También ha recordado que el mandato del BCE ha sido tradicionalmente el control de los precios a través del control de la inflación, pero que la institución no descuida otras variables, como el desarrollo económico y los flujos de crédito. Sobre este último punto, y sobre la salud de las entidades financieras, Draghi ha señalado que considera "esencial" que se reduzca la fragmentación que aún padece el mercado de crédito y que se apoye con firmeza la fortaleza de los bancos.
También se ha referido a la necesidad de establecer cuanto antes una unión bancaria real en la zona del euro, algo "crucial", en particular la figura del supervisor bancario único, si se quiere "estabilizar" el sector en Europa. Por lo que respecta al programa de compra de bonos de Transacciones Monetarias Abiertas (Outright Monetary Transactions, OMT), Draghi ha dicho que "está lista y "se activará cuando sea necesario".