España registraba una tasa de paro del 27% en el primer trimestre de 2013, lo que equivale a 6,2 millones de desempleados, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Sin embargo, con la economía en recesión en 2013 e incluso en 2014 -escenario que no descartan ni la Comisión Europea ni el Fondo Monetario Internacional-, el país corre el riesgo de superar el inédito umbral del 30% de paro en el horizonte de 2015, lo cual se traduciría en algo más de 6,8 millones de desempleados. Ésta es la negra previsión que acaba de lanzar Societe Generale sobre España.
Por un lado, los analistas del gigante financiero galo estiman que el PIB español caerá un 1,4% este año y retrocederá otro 0,8% en 2014, mientras que tan sólo avanzará un 0,3% en 2015, de modo que el paro seguiría subiendo como consecuencia de la contracción económica. Por otro, la entidad considera que la reforma laboral aprobada por el Gobierno, siendo positiva, resultará insuficiente para contener la sangría del desempleo. Así, si bien el Gobierno estima que la reforma laboral impulsará la creación de empleo un 3,7% y el crecimiento potencial un 4,5% a largo plazo, Societe Generale reduce esta estimación a apenas un 0,65%.
En especial, advierte del grave problema de la dualidad laboral, es decir, la histórica brecha que sigue existiendo entre indefinidos y temporales.
En nuestra opinión, mucho de esto [elevada tasa de paro] es atribuible a la dualidad que resulta de la gran diferencia de costes de despido que existe entre contratos indefinidos y temporales. Las sucesivas reformas han tratado de reducir esta brecha, pero sigue siendo demasiado amplia incluso después de la última reforma.
Además, el extendido uso de los contratos temporales desincentiva la inversión en educación y formación de capital humano por parte de las empresas, un problema que se ve agravado por el hecho de que los trabajadores menos cualificados son, precisamente, los que optan a la mayor parte de contratos temporales. "El resultado es una escasa productividad".
Sin embargo, a pesar de que los organismos internacionales y la mayoría de expertos recomiendan profundizar en la reforma laboral introduciendo, por ejemplo, el contrato único o los minijobs, el Gobierno insiste en que no volverá a tocar la regulación del mercado de trabajo. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, se escuda en que el contrato único es inconstitucional, en contra de la opinión de los juristas, y en que abarata el despido, pese a que su reforma ya implicó reducir el coste del mismo.
Como consecuencia de esta parálisis, Societe Generale concluye que el paro en España superará la fatídica cifra del 30%. Hoy por hoy, la mitad sur del país ya supera ampliamente ese umbral.
En concreto, cinco CCAA y las dos ciudades autónomas españolas encabezan el top ten del paro entre las regiones europeas: Ceuta se convirtió en 2012 en la región europea con el nivel de desempleo más elevado, al alcanzar una tasa de paro del 38,5%, por delante de Andalucía (34,6%), Extremadura (33%) y Canarias (33%); en quinta posición se situó la griega Macedonia Occidental (29,9%), por delante de Melilla (28,6%) y la francesa Reunión (28,6%), mientras que las españolas Castilla-La Mancha (28,5%) y Murcia (27,9%) aparecen en octavo y noveno lugar, y la griega Grecia Central (27,8%) ocupa el décimo puesto.
Paro juvenil y de larga duración
El problema más grave, sin embargo, no radica tanto en la destrucción de empleo como en las grandes dificultades que tienen los parados para reincorporarse al mercado de trabajo. Según la última EPA, de los 5.769.000 parados de media registrados el pasado año, 5.293.000 ya habían trabajado anteriormente y, por tanto, tenían experiencia laboral. Sin embargo, de éstos últimos, un total de 1.047.300 (19,8%) dejaron de trabajar hace tres años o más.
La bolsa de parados de larga duración, que ya no cobran ningún tipo de prestación, no ha dejado de aumentar durante la crisis como consecuencia de la larga depresión laboral que sufre el país. Si a ello se suma una tasa de paro juvenil superior ya al 57%, el problema del paro en España y otros países como Grecia podría suponer "el beso de la muerte" para la zona euro, según el semanario alemán Der Spiegel. "Los políticos se están dando cuenta que el alto desempleo en Atenas y Madrid es una amenaza para la democracia y podría ser el beso de la muerte para la zona euro", informa la publicación.