Veronique de Rugy es una de las economistas más influyentes de Estados Unidos. En la actualidad, es una de las principales investigadoras del Mercatus Center, un destacado think-tank con sede en la George Mason University. Además, de Rugy colabora con medios como Reason Magazine, National Review o Washington Examiner. Invitada habitual en medios de comunicación, de Rugy habla con Libre Mercado sobre la crisis estadounidense y otros aspectos de actualidad.
Pregunta: Históricamente, EEUU ha sido identificado con una economía desregulada y poco intervenida. ¿Se corresponde el mito con la realidad?
Respuesta: En realidad, hay un gran problema regulatorio. Tenemos muchos trámites, mucho papeleo, muchas formalidades burocráticas, mucha intervención política en la vida económica y social. Esto se da a nivel federal, estatal y local.
Pensando en clave nacional, se han lanzado grandes proyectos regulatorios como la Ley Dodd-Frank o la reforma sanitaria del Presidente Obama. En este sentido, la actual administración demócrata no ha dudado en disparar más aún el peso de la regulación. Aún no estamos tan mal como Europa, no somos Francia y no somos España, pero vamos sin duda a peor.
¿Cree que la crisis fiscal de EEUU se solucionará definitivamente o el problema de la deuda y del déficit irá a más?
Hay muchos "trucos de magia" en los presupuestos que se presentan para combatir la crisis fiscal. El Presidente Obama cree que hay que combinar recortes del gasto y subidas de impuestos, pero este "enfoque equilibrado" suele consistir en subidas de impuestos reales y recortes del gasto ficticios.
¿Por qué digo que son ficticios? Porque en el idioma de Washington recortar el gasto no significa recortar el gasto sino aumentarlo menos de lo anunciado. Esto significa que los presupuestos no se ajustan y siguen creciendo año tras año. Si hoy gasto 10 y presupuesto un gasto de 20 para mañana, podré revisar ese presupuesto y rebajar el gasto futuro a 15… Pero sigo gastando 5 más que hoy. Así funcionan muchos debates presupuestarios en EEUU.
Peor aún, el gasto público va a explotar en los próximos años como no se limiten y se reformen los programas federales dedicados a financiar las pensiones y la sanidad. Muchos de estos programas funcionan "en piloto automático" y su crecimiento solamente podrá detenerse si se hacen ajustes y reformas de calado.
Estados Unidos gasta mucho dinero en programas de "ayuda social" y "lucha contra la pobreza". En tiempos de crisis, se suele reivindicar que estas partidas aumenten su peso presupuestario, pero ¿realmente son programas que funcionen?
Creo que muchos programas que se presentan como medidas de "lucha contra la pobreza" solamente sirven para engordar la burocracia estatal. En EEUU tenemos 126 programas de este tipo, y si analizamos todo el gasto que suponen encontramos una cifra total que supera el billón de dólares.
Si repartiésemos esa cifra entre cada hogar con dos padres y un hijo, la dotación para cada familia alcanzaría los $61.000 dólares al año. Si el umbral de pobreza para una familia con estas características es de $18.000 dólares al año, ¿de verdad alguien puede decir que este dinero está siendo bien empleado?
Es probable que más gasto público no implique necesariamente menos pobreza, pero es aún peor que se diga que estos programas necesitan más dinero…
Acaba de publicarse el Índice de Libertad en los Estados de la Unión. ¿En qué consiste esta iniciativa exactamente y qué nos dice sobre la realidad socioeconómica de EEUU?
Lo más interesante del proyecto es que los autores han intentado producir un estudio sobre el nivel de libertad presente en cada uno de los 50 Estados de la Unión. Consideran variables de todo tipo: fiscalidad, regulación, derechos civiles… Estados como Nueva York o California ocupan las últimas posiciones de la tabla.
La metodología del estudio es abierta, y lo interesante es que cualquier persona puede ajustar el índice para darle más peso a los aspectos que nos resultan más importantes a nivel individual. Si uno cree, por ejemplo, que los impuestos son menos relevantes que el matrimonio homosexual, pues entonces tiene la oportunidad de calcular el índice de acuerdo con esas preferencias personales.
¿Qué es lo que más le llamó la atención de este estudio?
Probablemente, la relación entre los flujos de migración y la libertad. Los patrones de migración indican que la gente abandona progresivamente los territorios menos libres y fija su residencia en Estados con mejor puntaje en el estudio.
Esto no significa que uno cambie su vida para irse de Nueva York a Dakota del Norte, pero sí que elija Florida como destino. Al fin y al cabo, el estudio demuestra que, si bien Florida no es un paraíso de la libertad, sus habitantes pagan menos impuestos y sufren menos intervencionismo político en sus vidas que los residentes en Nueva York.
Pasemos a Europa. ¿Nos está matando la "austeridad", tal y como afirman los partidarios de aumentar el gasto público para salir de la crisis?
Rara vez se explica claramente qué entendemos por "austeridad". Para los economistas, esta categoría define las políticas públicas encaminadas a reducir el endeudamiento de las cuentas del Estado. Sin embargo, esto no significa que solamente haya una vía para conseguir ese objetivo.
En teoría, las vías para aplicar un programa de "austeridad" son dos: se puede conseguir por la vía presupuestaria o por la vía impositiva. Muchos gobiernos optan por un enfoque equilibrado entre estos dos caminos, combinando recortes de gasto y aumentos de impuestos.
Sin embargo, numerosos economistas han demostrado que el éxito de un programa de "austeridad" pasa por volcar buena parte del ajuste por el lado del recorte del gasto, evitando o reduciendo el alcance las subidas de impuestos. Hasta el FMI ha admitido ya estas conclusiones.
¿Qué impacto tiene la "austeridad" en el crecimiento? ¿Son incompatibles?
Existen dudas y debates recurrentes sobre el impacto de la "austeridad" en el crecimiento económico a corto plazo. Nadie discute que, a largo plazo, la "austeridad" dispara el crecimiento porque expande el alcance del sector privado y permite el desarrollo. El debate se centra, por tanto, en el impacto a corto plazo.
Mi opinión es que, en el corto plazo, un ajuste basado en recortes del gasto genera un impacto negativo en el crecimiento. No obstante, este bajón se compensa rápidamente, permitiendo que el país salga de la crisis. Sin embargo, en países como España, la "austeridad" se ha basado en la aplicación de tímidos recortes del gasto combinados con subidas importantes de la presión fiscal. Esto prolonga la depresión de la economía.
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