La economía francesa entró formalmente en recesión entre enero y marzo de este año con una segunda caída trimestral consecutiva del 0,2% de su producto interior bruto (PIB), anunció este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INSEE).
El retroceso registrado en el primer trimestre se debió tanto a la demanda interna, que restó una décima de PIB, como al saldo del comercio exterior, que lo redujo en dos décimas, precisó el INSEE en un comunicado. El único elemento ligeramente positivo fue la variación de existencias de las empresas, que aportó una décima al PIB.
El consumo privado bajó un 0,1% entre enero y marzo, después de haberse mantenido estable en los tres últimos meses de 2012. El descenso de los gastos en inversión fue más intenso, el 0,9%.
En cuanto al comercio exterior, las exportaciones siguieron bajando en el primer trimestre, un 0,5%, después de haberlo hecho un 0,7 % entre octubre y diciembre, al tiempo que las importaciones dejaron de retroceder y se recuperaron un ligero 0,1%.
El INSEE recordó que el retroceso del PIB de comienzos de año es el tercero en los últimos cuatro trimestres, ya que se había registrado un recorte del 0,2 % entre abril y junio de 2012, tras el que hubo una subida del 0,1 % en los tres meses siguientes.
Añadió que si el crecimiento fuera 0 en el segundo, tercer y cuatro trimestre de 2013, el PIB en el conjunto de ese ejercicio se reduciría un 0,3%.
El Gobierno francés indicó, tras hacerse públicas estas cifras, que mantiene su previsión de crecimiento del 0,1% para 2013.
Tímido crecimiento en Alemania
Las cifras de Alemania en este periodo también decepcionan. La economía alemana creció un 0,1% en el primer trimestre de 2013, tras registrar una contracción del 0,7 por ciento en los últimos tres meses de 2012, informó la Oficina Federal de Estadística (Destatis). El organismo confirmó además que el avance del producto interior bruto (PIB) en 2012 fue del 0,7%
El débil crecimiento del primer trimestre de este año fue atribuido en parte a las consecuencias de un invierno especialmente fuerte, que hizo que disminuyera la actividad en determinados sectores de la economía como la construcción.
Los impulsos positivos vinieron casi exclusivamente del consumo privado, que se incrementó en el primer trimestre del año, después de haberse contraído en los tres últimos meses de 2012. En las inversiones, en cambio, continuó la tendencia negativa del año anterior.
El comercio internacional no tuvo casi repercusiones en el crecimiento, y tanto las exportaciones como las importaciones tuvieron una tendencia a la baja.