La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha elevado en un escalón el rating de Grecia, hasta 'B-' con perspectiva 'estable', debido a los progresos fiscales realizados por el país y a los avances en la aplicación de las reformas estructurales necesarias, según informa la agencia en un comunicado.
Fitch destaca que la economía griega se está reequilibrando y que se han alcanzado "claros progresos" en la eliminación de los déficit fiscales y por cuenta corriente. Pese a ello, admite que el precio ha sido "elevado" en términos de perdida de productividad y de aumento del desempleo, y avisa de que la capacidad de recuperación sigue en duda.
Sin embargo, reconoce que el alivio en la deuda soberana y la flexibilización de los objetivos fiscales ha elevado la confianza a máximos de tres años y ha hecho que el riesgo de salida de la eurozona haya remitido. Además, incide en que Grecia es el ejemplo "más ambicioso" de consolidación fiscal en las economías avanzadas de los últimos tiempos.
Asimismo, subraya que el Programa de Ajuste Económico sigue según lo previsto en medio de "una aparente estabilidad social y política". Así, destaca que el actual Gobierno se ha mostrado más fiel al programa acordado con la troika -la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- que sus predecesores, comprometiéndose a una mayor consolidación fiscal por adelantado y a un renovado impulso de las reformas estructurales.
Pese a ello, la agencia de calificación crediticia cree que una recuperación económica "tangible" sigue siendo difícil, al mismo tiempo que la resistencia a las reformas es "elevada, lo que subraya los continuados riesgos en su implementación". Así, prevé una contracción económica del 4,3% este año y una débil recuperación en 2014.
Respecto a las reformas estructurales, considera que están progresando. En concreto, apunta que el sistema financiero se ha estabilizado, con un avanzado proceso de recapitalización de las entidades, así como que se han realizado "considerables" progresos en la reforma del mercado laboral y que se ha recuperado el 80% de la competitividad perdida.
Por otro lado, también destaca el impacto positivo de la reestructuración de la deuda soberana, pero cree que su sostenibilidad se encuentra aún lejos de estar garantizada y dependerá de la recuperación económica y de un sostenido superávit fiscal primario. Fitch cree que el riesgo de default para los acreedores privados se ha reducido.