¿Cuántos parados tiene España? A primera vista parece una pregunta sencilla. Cualquiera pensaría que no hay más que ir a Google y poner "parados en España". En teoría, el buscador ofrecerá noticias y webs oficiales en los que encontrar rápidamente el dato buscado. Sin embargo, si alguien hace la prueba descubrirá que no es tan fácil. Incluso si restringe la búsqueda al último mes, podrá ver con estupor cómo aparecen noticias con titulares aparentemente contradictorios, muchas veces publicados en las mismas fuentes.
De hecho, hace diez días, el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentaba los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre. En Libre Mercado nos hicimos eco de sus cifras, según las cuales 6,2 millones de españoles estaban en situación de desempleo a finales de marzo. Este lunes, el Ministerio de Empleo era el encargado de ofrecer los datos mensuales de paro registrado de abril, que indican que sólo 4,99 millones de españoles están realmente sin trabajo.
Y claro, con esta disparidad, es lógico que los ciudadanos se pregunten: ¿qué está pasando? ¿Cuál es la cifra real: los 6,2 o los 4,99 millones? ¿Sobrestima la EPA el número de parados españoles? ¿O más bien lo que ocurre es que los Servicios Públicos de Empleo Estatal (SPEE) no registran a todos los desempleados?
La polémica
No hay una única respuesta a estas preguntas. De hecho, en las últimas semanas ha habido una fuerte polémica respecto a esta cuestión. Juan Rosell, presidente de la CEOE, aseguraba en febrero que la EPA tenía fallos y que en España en realidad no había seis millones de parados. Y El País publicaba el lunes pasado una tribuna con una tesis similar, que era inmediatamente contestada en las redes sociales, por su falta de rigor y de conocimiento respecto a cómo se hace esta encuesta.
Lo primero que hay que apuntar es que es lógico que las cifras de los SPEE (el antiguo INEM) y las del INE sean diferentes, porque miden cosas distintas y cada uno lo hace con una metodología. En este sentido, es bastante conocido que la EPA es una encuesta, mientras que el paro registrado podríamos decir que es una lista, que incluye a todos aquellos que están apuntados en las oficinas públicas de empleo. Sin embargo, incluso así, resulta difícil explicar una diferencia de 1,2 millones.
En general, los expertos prefieren el dato de la EPA; de hecho, es el que utiliza Eurostat para las estadísticas oficiales a nivel europeo. Y no porque los del SPEE no sean fiables, sino porque dejan fuera a una gran cantidad de personas: aquellas que buscan trabajo al margen de los servicios públicos. Cuando a alguien se le acaba la prestación o busca su primer empleo, tiene pocos incentivos para seguir apuntado en la oficina del paro, entre otras cosas porque el número de contratos que se negocian a través de ellas es muy reducido. Todas estas personas sí están en la EPA, pero no en el paro registrado.
Maquillaje y subempleo
Además, hay que tener en cuenta que la cifra oficial de paro está ligeramente maquillada desde hace unos años. En tiempos de Celestino Corbacho en el Ministerio de Trabajo, se decidió que algunos desempleados no estarían incluidos entre los "parados registrados", esto hace que cada mes haya medio millón de personas que podrían figurar bajo esta rúbrica pero no lo hacen, por una mera cuestión de elección de aquellos que hacen la estadística.
De acuerdo con los datos de los SPEE, hay 6.469.715 de "demandantes de empleo", es decir, personas que están apuntadas en sus oficinas. De ellas, algo más de 910.000 están ocupados, por lo que quedan unas 5.560.000 personas que no hay ninguna razón para que no sean considerados "parados". Sin embargo, hay 263.385 personas que salen de la lista por tener "disponibilidad limitada" (es decir, que incluyen algunos requisitos en su solicitud) y otras 306.496 que son "demandantes no ocupados" (normalmente porque están en acciones de formación). Estos 570.000 demandantes de empleo son personas que quieren trabajar y no pueden, por lo que cumplen perfectamente con la definición clásica de parados.
De esta manera, si comparamos los 6,2 millones de parados de la EPA con los 5,56 del SPEE sin maquillaje, la diferencia resulta mucho menor, una cifra que sí podría atribuirse a esas personas de las que hablábamos antes y que buscan trabajo al margen de las oficinas públicas.
Hay que tener en cuenta que, aunque es cierto que la EPA es una encuesta y, por lo tanto, sujeta a los fallos de estos instrumentos, también lo es que es posiblemente el estudio más detallado que se hace en España. El tamaño muestral es de "65.000 viviendas aproximadamente, lo que supone obtener información de unas 180.000 personas". Con estas cifras, el margen de error en lo que tiene que ver con la cifra de paro es de alrededor del 1%. Eso sí, para tener claro de lo que hablamos es interesante ver qué definiciones ofrece la EPA para cada encuestado:
- Ocupados: "Personas de 16 o más años que durante la semana de referencia han estado trabajando durante al menos una hora, a cambio de una retribución en dinero o especie".
- Parados: Personas que están "sin trabajo, disponibles para trabajar y buscando activamente empleo". Se considera que se está buscando empleo si en las cuatro semanas anteriores se ha estado implicados en "métodos activos de búsqueda" como enviar un CV, estar apuntado en una ETT o en las oficinas de los SPEE.
Por último, hay una cuestión que no habría que olvidar. En muchas ocasiones se dice que en España existe mucho empleo oculto en la economía sumergida y que buena parte de esos seis millones de parados de la EPA en realidad sí trabajan, aunque no oficialmente. Puede que en parte sea cierto (aunque probablemente en una magnitud menor de lo que a veces se piensa), pero también hay que tener en cuenta que la EPA registra un importante número de subempleados. Son las 2.467.000 personas que "desean trabajar más horas, que están disponibles para hacerlo y cuyas horas efectivas de trabajo en la semana de referencia son inferiores a las horas semanales que habitualmente trabajan los ocupados a tiempo completo en la rama de actividad en la que el subempleado tiene su empleo principal". Podría decirse que estos 2,5 millones son semi-parados, porque querrían trabajara más, pero no pueden.