No obstante, en términos interanuales, la economía británica registró en los tres primeros meses del año una expansión de seis décimas, la más fuerte desde el último trimestre de 2011.
Entre los factores que explican el crecimiento del PIB británico en el primer trimestre, que superó las expectativas de crecimiento del 0,1% manejadas por el consenso de analistas, destaca la expansión del 0,6% del sector servicios, el de mayor peso en el indicador, y del 0,2% de la producción, mientras que la construcción se contrajo un 2,5%.
A pesar del dato de crecimiento mejor de lo previsto, el instituto estadístico británico indicó que la economía de Reino Unido acumula todavía una contracción del 2,6% desde los máximos observados en el primer trimestre de 2008.
El ministro británico de Finanzas, George Osborne, destacó que "estas cifras son un signo alentador de que la economía está sanando y, a pesar de la dificultad del contexto, estamos haciendo progresos".
"El déficit se ha reducido un tercio, las empresas han creado más de un millón de empleos y los intereses están en mínimos históricos", señaló el responsable del Tesoro británico.
"Todos sabemos que no hay respuestas fáciles (...) No puedo prometer que el camino que queda por delante será cómodo, pero si seguimos afrontando nuestros problemas, Gran Bretaña se recuperará", añadió.