España acaba de batir un nuevo récord negativo en materia de empleo. La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) arroja algunos datos desoladores que agudizan el drama del paro en España, si bien también esconde tenues signos positivos.
Las grandes cifras siguen pintando un negro panorama, ya que el paro volvió a crecer en el primer trimestre y la economía continuó destruyendo empleo. Sin embargo, dentro de lo malo, la tendencia muestra una cierta desaceleración en ambos indicadores, de forma destacada, además, si tan sólo se tiene en cuenta el sector privado. A continuación, las principales luces y sombras del mercado laboral español, según la última EPA.
Las sombras
2. Desempleo juvenil: 960.400 menores de 25 años no encuentran trabajo; su tasa de paro escala hasta el 57,22%, un nuevo récord histórico.
3. Parados de larga duración: unos 2,9 millones de personas, el 46,7% del total de parados, llevan más de un año en situación de desempleo. Su número ha aumentado en 111.200 personas en el primer trimestre (4%) y en 515.700 personas en el último año (21,6%).
4. Menos hogares: el número total de hogares en España se reduce en 14.500 en el primer trimestre, hasta situarse en un total de 17.391.500. Es un síntoma de los problemas económicos que sufren numerosas familias, obligados en algunos casos a regresar a sus respectivas casas matriz.
5. Más hogares sin trabajo: el número de hogares con todos sus miembros activos en paro se sitúa en 1.906.100, los que supone un aumento de 72.400 respecto al trimestre previo y 177.700 más que hace un año. Por otro lado, los hogares en los que todos sus miembros activos están ocupados descienden hasta 8.143.900 (190.400 menos que en el trimestre previo y 449.800 menos que un año antes).
6. Depresión laboral en el sur: casi la mitad del país registra una tasa de paro superior al 30%. En Andalucía roza el 37%; en Extremadura el 35,6%; en Canarias el 34,3%; en Castilla-La Mancha el 31,5%; y en Murcia el 30,37%.
7. Destrucción de empleo: la economía española sigue destruyendo empleo en el primer trimestre. En concreto, la ocupación baja en 322.300 personas con respecto al cierre de 2012 y en 798.500 a lo largo del último año. Además, la ocupación desciende en todos los sectores: Servicios (170.500), Industria (66.800), Agricultura (60.900) y Construcción (24.200).
8. La ocupación retrocede una década: el número total de ocupados cae hasta 16.634.700, el nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2002 (16,59 millones). Desde el tercer trimestre de 2007, máximo nivel de ocupación, la crisis se ha llevado por delante 3,87 millones de puestos de trabajo, es decir, casi el 19% de los empleos. Se trata de un ritmo récord de destrucción laboral.
9. Números rojos en la Seguridad Social: la caída de la ocupación tiene consecuencias directas no sólo sobre la tasa de paro sino también sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Así, el número medio de ocupados afiliados a la Seguridad Social bajó a 16,16 millones el pasado marzo, mientras que el volumen de pensionistas creció hasta rozar los 8,2 millones. La tasa de cobertura se situó en 1,9 (menos de dos cotizantes para sostener a cada pensionista).
10. Actividad, en mínimos: la tasa de actividad laboral (empleo) baja 12 centésimas en el primer trimestre, hasta el 59,68%, casi 10 puntos menos que en 2007. España se mantiene como el segundo país de la UE con una menor tasa de actividad tras Grecia.
Las luces
Pero no todo son malas noticias. La EPA también refleja algunos indicadores positivos en el primer trimestre.
1. El paro sube menos que en 2012: crece en 237.400 personas con respecto al cierre de 2012, el segundo menor aumento en un primer trimestre desde que estalló la crisis. Asimismo, el desempleo aumenta un 9,9% interanual (563.200 personas), un ritmo muy inferior al de trimestres precedentes. En concreto, la subida del paro se ralentiza desde que entró plenamente en vigor la reforma laboral, a mediados de 2012.
2. La destrucción laboral se suaviza: el número total de ocupados cae en 322.300 personas (1,9% intertrimestral), un volumen inferior al del primer trimestre de 2012, mientras que en los últimos 12 meses baja en 798.500 (4,58% interanual), a un ritmo también más suave que en trimestres precedentes.
3. Sin efecto calendario: pero lo más destacable, sin embargo, es que una vez eliminado el efecto calendario, la ocupación baja un 1,74% con respecto a finales de 2012, el mejor dato registrado en un primer trimestre desde que comenzó la crisis.
4. Baja el paro en la construcción: el desempleo sube en todos los sectores, salvo en la construcción, ya que registra 11.000 parados menos en el primer trimestre y 105.300 menos en los últimos doce meses. Se trata de un dato relevante si se tiene en cuenta que la destrucción la laboral se centró en el ladrillo en los primeros años de la crisis. Ahora, sin embargo, el paro se reduce en este sector.
5. El empleo público se ajusta: el sector público reduce sus plantillas en 71.400 efectivos en el primer trimestre y en 375.000 en comparación con el tercer trimestre de 2011, cuando alcanzó una cifra récord.
Las administraciones acapararon casi el 23% de la destrucción de empleo en el primer trimestre y el 30% en el último año (258.000 efectivos). El empleo público retrocede a niveles de mediados de 2005. De hecho, otro dato relevante es que la ocupación en el sector público ya cae a un ritmo superior al del sector privado, tanto a nivel intertrimestral como interanual. Todo ello forma parte de la necesaria reducción que debe experimentar el conjunto de las estructuras estatales.
6. La población activa se reduce: experimenta un descenso de 85.000 personas en el primer trimestre, hasta situarse en un total de 22.837.400. En términos anuales, la población activa se reduce en 235.300 personas. Esto muestra la lógica salida de trabajadores del país en busca de un empleo, sobre todo extranjeros, aunque cada vez se suman más nacionales.
Al igual que durante la época de la burbuja España recibió mucha mano de obra del exterior, ahora se ha convertido nuevamente en un país de emigrantes. Por un lado, este proceso es positivo, ya que supone una mejora para muchas personas al tiempo que alivia las cifras de paro, entre otros efectos indirectos sobre la economía. Pero, por otro, también es negativo, ya que España pierde capital humano -en algunos casos, además, altamente cualificado-.