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Yoani Sánchez: "Los Castro han sido muy buenos en propagar mitos sobre Cuba"

La conocida periodista cubana explica en una entrevista con Libre Mercado que sueña con una Cuba en la que "nadie" ordene callar.

Acompañado por Mario Noya, me encontré con Yoani Sánchez en un céntrico hotel de Madrid. La periodista y activista cubana está en España para presentar su libro Un blog para hablar al mundo, publicado por la Editorial Anaya. Yoani ha reservado un hueco en su apretada agenda para recibir a Libertad Digital. Su charla con Mario podrá ser escuchada por los oyentes de LD Libros, en esRadio.

Pregunta: ¿Cómo ves Cuba desde la distancia? Has declarado recientemente que la isla te parece "una aldea feudal gobernada por un señor medieval".

Respuesta: Viendo las cosas desde fuera, todo me resulta aún peor porque me parece que estoy haciendo un viaje en el tiempo. Más que desplazarme de un punto del planeta a otro, siento que estoy moviéndome entre distintas épocas. Y veo el futuro a nuestro alrededor y no puedo evitar pensar que a los cubanos nos han arrebatado ese futuro, obligándonos a quedarnos parados en la mitad del siglo XX.

En Cuba nos siguen transmitiendo un discurso político y un discurso de vida que no tiene ya nada que ver con el mundo real. Nos han arrebatado la posibilidad de ser ciudadanos del siglo XXI. Y verlo desde la distancia me crea mucha más desazón.

¿Por qué ahora puede comparar?

Exacto. Eso es lo que el gobierno no quiere que hagamos, no quiere que comparemos, por eso tantos años de restricciones. No quieren que la gente viaje al exterior y pueda conocer otras formas de vivir y otras realidades, porque cuando la gente sale conoce alternativas.

Esas alternativas tienen luces y sombras, pero en mi país estamos obligados a decir que todo es luz, que todo es luminoso. Y por eso siento que volveré sintiendo aún más intolerancia hacia lo que hoy vivimos los cubanos.

Has descrito el socialismo como camisa de fuerza a la producción y la creatividad. También has expresado tu temor a que, en vez de producirse una transformación profunda, Cuba pueda mantener un modelo dirigista articulando un "capitalismo de Estado".

Creo que los cubanos tenemos suficiente talento para lograr construir un país próspero inclusivo. Tenemos una ventaja, y es que empezamos desde cero y, por tanto, podemos aprovechar y aprender de las experiencias de otros países y lugares. Por ejemplo, la transición española, con sus ventajas y desventajas, puede enseñarnos lecciones.

Mi principal temor es que ese cambio se prolongue demasiado y llegue cuando muchos de nosotros estemos ya agotados. Temo que ocurra demasiado tarde. La generación de mi madre ya lo tendría muy difícil. Mi propia generación está en una etapa vital en la que ya han pasado los mejores años. La generación de mi hijo, probablemente, sí vivirá ese cambio con más fuerza y oportunidades. Y creo que esa generación tiene el talento para aprender las lecciones de la historia y hacer las cosas de manera diferente.

Creo que en Cuba vivimos una gran mascarada, un revestimiento socialista con el que se justifica un capitalismo feudal, sin libertad, sin derecho a protesta y con los medios de producción en manos de un gobierno y un partido que obtiene unas plusvalías enormes a base de tratar al resto del país como hacían los señores feudales. No hay derecho a protestar, no hay alternativas... Porque así es el capitalismo que saben hacer los comunistas. Es un modelo despiadado, con los dientes afuera.

Existe, eso sí, una economía informal, de subsistencia, que ayuda a salir adelante a muchos cubanos.

Así es, Cuba es una nación muy esquizofrénica. En parte, está dividida, pero no diría que a la mitad porque eso no sería justo. En realidad, el tamaño de la economía clandestina e informal es mucho más grande que el de la economía de la Cuba oficialista.

Ese "mercado negro" supera continuamente en dinamismo y profundidad al modelo del régimen, el de las tribunas y las vallas políticas. Al fin y al cabo, todo cubano sabe que para sobrevivir, para darle un par de zapatos a sus hijos, para tener comida en la mesa, necesita entrar en la economía que allí es considerada ilegal.

Somos diestros en buscar todo lo que está censurado, prohibido y racionado. Esa Cuba es muy fuerte, niega día a día el discurso, mueve recursos, bienes materiales, mercancías, comida, ropa... Y también mucha información.

A veces se dice que Raúl Castro está "abriendo" y "reformando" el régimen...

Es que la Cuba no oficial es una Cuba que cada vez cuesta más trabajo controlar. Esas medidas supuestamente aperturistas tomadas por Raúl Castro lo que intentan es captar la verdadera realidad del país. Se han presentado ante el mundo de manera magnificada, pero en realidad lo que hacen es reconocer lo que no han podido evitar. Van dos pasos por detrás de la realidad.

Murió Chávez. ¿Puede haber "chavismo" sin Chávez y qué supondría esa continuidad para Cuba?

El "chavismo" que queda ahora es bastante caricaturesco. Digamos que es la caricatura de la caricatura. Dicho esto, no creo que pueda sobrevivir un "chavismo" sin Chávez, igual que no creo que pueda darse un "castrismo" sin los Castro... Son regímenes muy personalistas, que se construyen alrededor del culto a la personalidad.

Quizá Nicolás Maduro conseguirá imponerse, pero más por la vía de la fuerza que por la de las urnas. Y creo que ante la situación difícil que está viviendo Venezuela, con extrema polarización, problemas económicos, desabastecimiento, inflación, lo normal será que se acabe recortando el subsidio que se envía a Cuba.

Para nadie es un misterio o un secreto que el subsidio venezolano ha sido una vida extra para el "castrismo". Gracias a ese balón de oxígeno, Fidel y Raúl ganaron algunos años más en el poder. Sin el subsidio, es posible que Raúl se vea obligado a apresurar el ritmo de las reformas, a profundizarlas. Quizá eso obligue a abrir el país a la inversión extranjera.

Entre esas reformas estaría la ampliación de los permisos para el trabajo por cuenta propia. También podría admitirse la creación de medianas y grandes empresas, no solamente pequeñas. En resumen, creo que todo esto conduciría al propio fin del gobierno cubano, siempre ligado al final del subsidio venezolano.

En España se defiende a veces el régimen de Cuba por la supuesta excelencia de sus sistemas de sanidad y educación. ¿Es esto realidad o es un mito más de la propaganda de la dictadura?

El castrismo nunca pudo proveernos de una vida próspera. No lo hizo en lo material y tampoco en el ámbito de la libertad. Pero hay que decir que el régimen sí ha sido muy bueno en algo: se merece la máxima calificación en el capítulo de exportación de mitos. Los Castro han sido muy diestros en eso a la hora de superar cualquier estándar internacional de propagación de mitos por el mundo.

La educación y la salud son dos importantes pilares del mito cubano. Es cierto que en la isla hay una extensa red de hospitales, de consultorios médicos, de policlínicos... Y también de escuelas. Pero debo decir que esa infraestructura nunca ha estado relacionada con la productividad del país. En realidad, solamente se pudo desarrollar y solamente pudo alcanzar cierta envergadura cuando Cuba recibía el subsidio soviético.

Nosotros somos un país subsidiado, pasamos de un subsidiador a otro, antes era la Unión Soviética y ahora es Venezuela, antes venía el dinero del Kremlin y ahora viene del Palacio de Miraflores. Cuando yo era niña, en los años 80, los aportes soviéticos permitieron mantener estas estructuras educativas y sanitarias. Pero la URSS cayó y el subsidio se acabó. Y entonces nos dimos de bruces con la realidad.

El castillo de naipes no se sostenía sin el dinero de Moscú...

Ahí nos dimos cuenta de que ya no había nadie para sostener todo eso. Y ahí se aceleró el deterioro material y también ético. Los profesores apenas ganan $20 dólares al mes. Fidel intentó remediarlo con los llamados maestros emergentes, que allá en broma son conocidos como los maestros instantáneos. La consecuencia es que, de la noche a la mañana, se colocó delante de los alumnos a gente que no sabe si Nueva Zelanda es un país o un continente, gente que no sabe si México está en América o Asia...

Pero lo peor aún es que, al margen del deterioro material y de la mala preparación, el sistema no fomenta la polémica, no fomenta el debate, es una educación marcada por el adoctrinamiento total y completo. En la escuela de mi hijo, en una clase de 30 alumnos, hay al menos seis fotos de Fidel...

¿Y qué me dice de la sanidad?

Pues solamente hay que acercarse a las afueras de un hospital para ver cómo entran las personas que van a quedarse hospitalizadas allí o que intentan hacer una visita. Verás que van con almohadas, ventiladores, comida... Esto es así porque el deterioro material de toda esa red sanitaria es muy elevado. Los médicos ganan tan poco que la mayoría de pacientes intenta llevar algún tipo de regalo. Lo hacen porque entienden que solamente así podrán tener un tratamiento más o menos adecuado.

En cualquier caso, incluso la mejor educación y sanidad del mundo no justificaría una dictadura tan cruel...

Yo creo que la discusión no tiene que ser sencillamente sobre si la educación y la sanidad es buena o no, porque la calidad puede conseguirse si se obtienen los recursos necesarios. El punto más terrible es que, cada vez que un cubano se queja se apela al mito de la educación y la sanidad, que se usa como arma, como moneda ideológica para callarnos.

Sueño con una Cuba en la que podamos tener una buena infraestructura educativa y sanitaria. Sueño con mejorar materialmente estos sistemas, con tener profesionales reconocidos que tengan acceso a los recursos que necesitan para ejercer su trabajo. Pero también sueño con una Cuba en la que nadie vuelva a decirme "¡cállate!" justificándose en "la educación y la sanidad".

Eso me recuerda a la metáfora del pájaro en la jaula. Yo no quiero estar enjaulada, no me satisface el alpiste y el agua, yo quiero volar. Y lo que pasa es que se intenta utilizar la educación y la sanidad como el alpiste que vendría a justificar la jaula.

Pueden leer la segunda parte en el blog de Diego Sánchez de la Cruz o seguir sus cuentas de Twitter y Facebook.

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