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Kirchner seca YPF, estanca Vaca Muerta y sigue importando energía

El balance del primer año desde la expropiación de YPF no puede ser peor. En manos de Kirchner, caen con fuerza los resultados y producción de YPF.

Hace algo más de un año, el 16 de abril de 2012, Cristina Fernández de Kirchner pronunciaba un triunfal discurso en el salón de Mujeres Argentinas del Bicentenario para anunciar al mundo la expropiación de YPF a Repsol. "Es la recuperación de la soberanía" de YPF para los argentinos, decía.

En un discurso lleno de simbología peronista, como la estancia misma en la que se encontraba, sujetando una pequeña estatua-cantimplora de Evita llena de petróleo, Kichner prometió que "los recursos del estado van a ser bien gestionados". Acusó a Repsol de vaciar al país. Llegó a decir que "la curva de desinversión de YPF en Repsol se parece a la trompa del elefante". Un símil muy estudiado ya que sólo unos días antes el Rey de España se había lesionado durante una cacería de elefantes.

Kirchner prometió "poner todo el esfuerzo y el compromiso para que los argentinos le den el lugar a YPF que se merece" y prometió hacerlo con "profesionalidad". Terminó proclamando que "vamos a proteger la industria nacional y a los usuarios y consumidores. Esto fue una Guerra de Secesión al revés, ganó el Sur y perdió el Norte". Exabruptos aparte, las promesas quedaron en un simple canto al Sol.

Un año de la nacionalización de YPF

Las palabras de Kirchner y las amenazantes declaraciones del secretario de planificación, Axel Kicillof -que advirtió a Repsol de que "no vamos a pagar lo que quieran"-, han tenido su inevitable reflejo en las cuentas anuales de YPF después de un año de gestión pública de la compañía petrolera.

Según los datos que ofrece la propia compañía y la secretaría energética argentina, la radiografía de esa YPF "de los argentinos" gestionada con "mucha profesionalidad" desde la Casa Rosada, es el siguiente:

- El resultado neto del ejercicio 2012 fue un 20% inferior al obtenido en 2011. En manos de Repsol, en 2011 obtuvo 1.081 millones de dólares (4.445 millones de pesos). El ejercicio 2012, ya en manos del Gobierno argentino, el resultado fue de 865 millones de dólares (3.902 millones de pesos). Y todo, a pesar de que en 2011 hubo dos fuertes impactos negativos, representados por las huelgas del segundo trimestre.

- El resultado operativo cayó un 0,2% en 2012 (medido en dólares), merced a una caída del 26% en la rentabilidad sobre el patrimonio neto y una deuda neta que se disparó en 232,5 millones de dólares (1.200 millones de pesos). Con un añadido: el fuerte encarecimiento del coste de financiación, que pasó de un 7% en 2011 al 12% en 2012. Además, el resultado de las filiales no consolidadas ha caído de forma dramática de 132,7 millones de dólares a poco más de 22 millones.

- Las reservas también han bajado. En concreto, un 24,26% interanual en 2012, todo pese a aumentar la extensión de las concesiones en la Provincia de Santa Cruz por un plazo muy superior al límite legal de 10 años y exigiendo unas inversiones inferiores a las que YPF se había comprometido antes de la expropiación.

- La producción de crudo, gas natural y GLP ha caído en el último año un 0,6%.

- Por último, durante el año 2012 las ventas de gasoil de YPF cayeron con fuerza, más de un 7% frente al año anterior. Una caída notablemente mayor que la que hubiera ocasionado el impacto que el estancamiento económico de 2012 tuvo sobre las ventas de gasoil, y que fue del 5,1%. YPF perdió 1,4 puntos de cuota de mercado en cuanto a las ventas de gasoil.

El yacimiento de Vaca Muerta

Por otro lado, el yacimiento de Vaca Muerta, situado al suroeste de Argentina y que constituye una de las reservas más importantes de hidrocarburos de la región -fuerte motivo para la expropiación de YPF por parte de Kirchner-, sigue sin ser explotado.

Pese a que Repsol ya había captado el interés de varias compañías extractoras para afrontar la costosa inversión que supone explotar el yacimiento de Vaca Muerta, el Gobierno argentino no ha logrado aún alcanzar acuerdos en este sentido. Únicamente ha firmado acuerdos de intenciones con Chevron y Bridas.

Curiosamente, las producciones operadas de crudo en 2012 de estas dos compañías son las que mayores caídas han registrado en el cuarto trimestre en Argentina. Analistas consultados por Libertad Digital no dudan en señalar la fuerte inseguridad jurídica que el régimen peronista de Kirchner impone en el país como el principal motivo del recelo de cualquier gran compañía para invertir.

Argentina, importadora neta de hidrocarburos

La gestión pública de YPF y sus malos resultados no han ayudado a recomponer la ya maltrecha economía del país sudamericano. En el último año, Argentina ha entrado en un proceso de estancamiento con un notable retroceso de la inversión y del consumo. Kirchner ha incrementado el gasto público un 14% en el último año, las subvenciones y subsidios a sectores económicos se han multiplicado por 15 desde 2005.

Tal es la situación y tan fuertes las políticas intervensionistas del modelo argentino que, pese a ser "el tercer país en nivel de recursos" -como presumió Kirchner el día de la expropiación-, Argentina se ha convertido en un país netamente importador de energía, con un continuo aumento de las importaciones de Gas Natural, Fuel Oil y Gas Oil.

El balance del primer año desde el expolio de YPF a Repsol por parte del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no puede ser más negativo. YPF ha caído en resultado neto, operativo, resultado de las filiales y también en producción y reservas, incrementando además el endeudamiento. El yacimiento de Vaca Muerta sigue estancado sin encontrar un socio que invierta en las tareas de extracción de recursos, y el país, aunque es el tercero de la región en recursos (desde 2008), se ha convertido en importador neto de hidrocarburos y energía.

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