Los países europeos tendrán que recapitalizar su banca con problemas hasta situar su ratio de capital al mínimo de solvencia antes de recurrir al fondo europeo de rescate, informó este sábado el ministro español de Economía, Luis de Guindos.
El ministro explicó en rueda de prensa posterior al consejo informal de ministros de Economía de la UE que se celebró en Dublín que hubo avances en los detalles técnicos de los activos heredados y el reparto de carga cuando un Estado recurre a la recapitalización directa a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
En concreto el umbral de capital mínimo de solvencia para los bancos es del 4,5%, y si tras una prueba de resistencia se quedan por debajo del porcentaje requerido, el Estado miembro tendrá que poner lo que falte antes de recurrir al MEDE. "A partir de ahí teóricamente se han cubierto ya los activos heredados", señaló De Guindos. "Habremos realizado una prueba de esfuerzo en la cual el Estado miembro ya ha cubierto una parte del capital y por tanto eso se considera que compensa esos activos heredados", afirmó.
Para llegar desde los niveles mínimos a los óptimos recomendados tras la prueba de estrés, entraría en juego el MEDE con una aportación del 90% y una coparticipación que se iría convergiendo hacia el 10% por parte del país.
Este reparto de carga estará sujeto a una cláusula de revisión, indicó De Guindos, porque en la medida en que vaya habiendo más bancos bajo supervisión del Banco Central Europeo (BCE), las aportaciones del Estado se irán reduciendo. Así, en dos años se revisará "todo por completo", agregó.
El ministro explicó que, cuando el supervisor bancario único esté ya completamente ejerciendo sus funciones, entonces ya no habrá activos heredados porque el BCE vigilará las entidades. La recapitalización directa de la banca forma parte del proyecto de la unión bancaria, cuyos pilares consisten en la creación del supervisor bancario único, de un mecanismo de resolución y liquidación único y de un fondo de garantía de depósitos común.
De Guindos sostiene que la unión bancaria es especialmente relevante para el buen funcionamiento de la unión monetaria. "Desde el punto de vista del Gobierno español la unión bancaria es básica para acabar con la fragmentación de los mercados de crédito" en la que empresas solventes y con la misma calidad crediticia pagan mayores tipos de interés que otras compañías, dependiendo de dónde estén ubicados, recordó.