El partido socialista suizo ha logrado la convocatoria de un referéndum, que tendrá lugar en septiembre, para votar la llamada "Iniciativa 1:12" que busca introducir en la Constitución un precepto por el que nadie pueda ganar en un año en Suiza menos de lo que el directivo mejor pagado de su empresa gane en un mes. O lo que es lo mismo, que el directivo mejor pagado de una empresa debe cobrar, como máximo, el equivalente a multiplicar el salario anual del empleado peor pagado de su empresa por 12.
Esta iniciativa, apoyada por socialistas y verdes, así como por los sindicatos, tomó forma el pasado 3 de marzo, cuando la mayoría de los suizos aprobaron en todos los cantones del país otra iniciativa en el mismo sentido, pero centrada en los accionistas. Decían que los propietarios de las empresas que cotizan en bolsa debían recibir la capacidad de veto sobre las indemnizaciones y bonificaciones de los ejecutivos de sus empresas siempre que se considerasen desmesuradas.
Según ha declarado el portavoz de las juventudes socialistas suizas, Filippo Rivola "bajo el dictado de la gran desigualdad impuesta en el mundo por la ideología neoliberal" la relación entre el salario más bajo y el más alto "alcanza en suiza el 1:93".
Mientras socialistas y verdes se frotan las manos con este referéndum, la patronal se opone frontalmente. El presidente de la misma, Valentin Vogt, considera la iniciativa un "error garrafal". Además, algunas empresas han anunciado su intención de dejar el país en caso de que la iniciativa tenga éxito en la consulta popular. El presidente de Nestlé, Peter Brabeck ha sido uno de ellos: "En ese caso nos tendremos que plantear de forma clara la pregunta de si Suiza todavía es la sede correcta para nosotros". Según las encuestas sobre esta iniciativa, actualmente un 50% votará "sí" a la limitación salarial, frente a un 40% de "no" y un 10% de indecisos.