El secretario general saliente de UGT, Cándido Méndez, ha defendido este jueves ante los delegados del sindicato su informe de gestión ante el el 41 Congreso Confederal de UGT, en el que opta a su sexto mandato consecutivo. En su discurso, ha habido ataques al Gobierno, al que acusa de engañar a los ciudadanos al decir que se ha dejado atrás la posibilidad de un rescate y también ha dicho que "no sabe qué hacer" para salir de la crisis.
Méndez, que ha contado con la presencia del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha afirmado la situación actual de España es comparable a la de hace 125 años, cuando se fundó la UGT y se vivía el período de la Restauración.
Según ha dicho, en esa época el Estado destinaba al pago de la deuda el 30% de sus ingresos de entonces, porcentaje que ahora se repite, a pesar de que la situación es distinta por la responsabilidad del pueblo español. Aquel era un país "quebrado y arruinado" y ahora España está "crecientemente endeudado y lo quieren arruinar", ha resaltado.
En clave interna, con su sindicato envuelto en sospechas por el cobro de comisiones por los ERE, ha destacado que "hay que tener claro lo que somos y lo que hacemos". También ha instado a los 600 delegados presentes a defender con "ahínco" la "honestidad" de los cuadros dirigentes y que la sociedad no retroceda.
"También en Andalucía" ha querido "dejar claro" Méndez, quien ha denunciado que hay quien quiere condenarlos sin haberles juzgado antes, en referencia al caso de los ERE, del que ha reiterado que han actuado de forma "clara y transparente". Según ha dicho, el sindicato es el más interesado en demostrar que no forman parte de una trama corrupta y por eso están personados como acusación particular.
En su opinión se ataca a UGT para tapar la trama Gürtel y el caso Bárcenas porque Andalucía no sucumbió a la "oleada conservadora".
Autocrítica... por no defender a los liberados
Cándido Méndez ha reconocido que quizá haya pendiente una "autocrítica" en UGT para corregir carencias como que, en esta situación de paro, se debería haber defendido con "más radicalidad" a los representantes sindicales en el sector público, especialmente los liberados.