BBVA Research calcula que la economía española necesitará nuevos ajustes fiscales en los próximos años equivalentes a entre dos y tres puntos del PIB, es decir, entre unos 20.000 y 30.000 millones de euros, con la finalidad de alcanzar el equilibrio presupuestario al que obliga la nueva ley orgánica de estabilidad presupuestaria.
En un análisis del Servicio de Estudios de la entidad, titulado Saldo presupuestario, desempleo estructural y ajustes fiscales, advierte de que es preciso ser "cautos" y "no ir más allá" en la adopción de medidas fiscales adicionales a esos tres puntos del PIB porque pueden "innecesariamente asfixiar el crecimiento". "Conviene ser prudentes y no realizar ajustes fiscales que puedan terminar siendo excesivos", subraya.
En estas circunstancias, añade, es aconsejable seguir un proceso de ajuste "más gradual" que permita consolidar los ajustes fiscales realizados en los últimos años para asegurar que tiene efectos permanentes sobre el déficit público.
BBVA Research indica que 2013 podría ser un "año de transición" en el que bastara con la aplicación de las medidas de ajuste fiscales ya en marcha, sin adoptar otras adicionales, y que se aprovechara para avanzar en la "calidad" del ajuste fiscal, por ejemplo, con medidas "más selectivas" que permitan mejorar la eficiencia de las administraciones públicas y concentradas en partidas que tengan menos efectos a corto plazo sobre el crecimiento.
"Mientras tanto, hay que perseverar en la aplicación de nuevas reformas estructurales, así como dar tiempo a que las que ya están en marcha vayan haciendo su trabajo", añade la entidad financiera, que estima que por cada punto de reducción del paro estructural se reduce el déficit estructural en 0,7 puntos, es decir, España se ahorra 7.000 millones de euros en ajustes adicionales para cumplir los objetivos de déficit a medio plazo.
Déficit del 10,6% en 2012
En cuanto al cierre del déficit en 2012, BBVA Research estima que España acabó con un déficit público del 10,6% del PIB contando las ayudas a la banca (que habrían aportado 3,7 puntos al déficit), por encima del 10,23% que estima tanto el Gobierno español como la Comisión Europea.
Así, apunta que tanto el ajuste en la inversión pública como en el gasto en consumo final de las administraciones públicas, junto al crecimiento de los impuestos netos percibidos por el Estado, ha permitido que el déficit, excluyendo las ayudas a la banca, se haya ajustado en torno a 2 puntos porcentuales a lo largo de 2012, situándose en el 7% del PIB.